Puede ser considerada como una irresponsabilidad policial que la Policía permitiera que un delincuente fuera sepultado y en su ataúd colocas armas de fuego.
Las escenas mostradas por los medios, en que se observan cinco pistolas sobre el cadáver de Carlos Ismael de los Santos (Boyón), dejan mucho que desear.
Ojalá que las autoridades de una vez y por todas pongan el cascabel al gato, para que situaciones como las vividas en el sector de Villa Juana de la Capital no vuelvan a repetirse.
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