ROMA.- Ganó el partido en una doble falta, así que por respeto al error del rival, no lo celebró como acostumbra. La alegría de Rafa Nadal se ciñó a los puños en alto, ajustado gesto para su éxito en Roma, el tercer título en un mes tras Montecarlo y Barcelona.
"Estoy en mi mejor momento, espero seguir jugando así", resumió en la rueda de prensa, con la mirada ya puesta en Roland Garros, donde presumiblemente debutará el próximo martes.
La sexta corona en el Foro Itálico supone la mejor credencial para París, sobre todo si Rafa mantiene el tenis con que barrió a Tomas Berdych en cuartos o la solidez del partido definitivo ante Novak Djokovic, donde cometió la mitad de errores no forzados (22 por 41). Sin embargo, el flamante número dos del circuito eludió cualquier análisis conservador. "No tengo el pensamiento de que me quedase corto, cuando tuve mi oportunidad, mi táctica fue agresiva. Cuando tuve que defenderme me defendí y cuando tuve que ser agresivo lo hice".
Era la réplica, también en la sala de prensa, a la argumentación del númeto uno, que explicó el resultado en su mala puntería. "Rafa no tuvo que jugar a su mejor nivel. Yo cometí muchos errores y eso no puede suceder cuando se juega contra él", agregó. El serbio hizo mención especial al 'break' del undécimo juego, al término del cual estampó la raqueta contra el suelo. "Desde el 5-5 todo cambió, yo cometí unos fallos increíbles".
'Tendré este trofeo en mi habitación'
Nadal, no obstante, prefirió hacer hincapié en la mejora de su juego. "Estoy intentando jugar más agresivo, estoy tocando mejor la bola y mi 'drive' es más dañino que el año pasado", analizó tras la fructífera semana en Roma, donde ni siquiera los golpes profundos de Djokovic hicieron mella. "Estoy intentando jugar más cerca de la línea, pero contra él es difícil. Tengo la misma sensación que en Montecarlo, pero mi servicio no funcionó bien hoy, y cuando no sirves al 100 por 100 estás en problemas porque resta muy duro".
Sin embargo, el lunes sólo una vez entregó el saque, su tercer borrón de cinco partidos casi intachables, donde no cedió ni un set. Salvo el "error de Madrid", que sigue achacando a las condiciones de la arcilla azul, Nadal se sabe en el buen camino. "Estoy jugando bien y me es más fácil encontrar el 'feeling' correcto para desarrollar mi tenis".
Por esa senda debe llegar el octavo título en París, donde únicamente se medirá a Nole en una hipotética final. De momento, un par de días de descanso, para relamerse con el galardón recibido de manos de la mítica Lea Pericoli. "Tendré este trofeo en mi habitación, es un sueño. Tengo confianza en que estoy jugando bien y esto sucede cuando juego a mi nivel correcto. Espero que pueda seguir jugando así", finalizó el campeón.
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