
Esta buena nueva, porque generará empleos directos e indirectos, debe ser vista como confianza en el país.
Y es que los dueños de los Marineros, como empresarios tienen conocimiento de que en la República Dominicana hay garantías para las inversiones realizadas tanto por dominicanos como por foráneos.
A la academia de los Marineros de Seattle, bienvenida sea a la República Dominicana.
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