
En fin, el ex astro de los Bulls de Chicago Michael
Jordan conquistó prácticamente todos los premios habidos y por haber en el
baloncesto colegial, profesional e internacional… sin mencionar el hecho de que
fue una de las figuras claves en el resurgir de los fanáticos de la NBA en las
décadas de los 80 y 90.
Se podría pensar que la infinidad de logros que
Jordan cosechó en sus 14 temporadas en la NBA se traducirían perfectamente a
una posición gerencial, primero con los Wizards de Washington y luego con los
Bobcats de Nueva Orleans, pero el éxito en dicha faena ha sido más que
escurridizo para el integrante del Salón de la Fama del Baloncesto.
Pese a sus fracasos como ex presidente de
Operaciones de los Wizards y actual dueño mayoritario de los Bobcats, la realidad
es que el legado de Jordan en el tabloncillo todavía perdura y sin perder su
brillante lustre.
Desde que marcó el canasto que les dio la victoria
a los Tar Heels en el partido de campeonato de la NCAA en 1982 contra Patrick
Ewing y los Hoyas de la Universidad de Georgetown hasta que ganó su sexto y
último cetro nacional con los Bulls en el 1998, Jordan lo único que ha hecho ha
sido cosechar triunfos tras triunfos.
Y desde su entrada a la NBA en el 1984 hasta su
tercer retiro de la NBA, en el 2003, Jordan se colocó tercero entre los máximos
anotadores en la historia de la NBA, detrás de Kareem Abdul-Jabbar y Karl
Malone, con 32,292 puntos. Precisamente, su promedio de puntos de por vida
(30.1) es el más alto en la historia del torneo estadounidense. Jordan posee,
además, el récord de mejor promedio de puntos en la postemporada de por vida
con 33.45 puntos por desafío.
Fuera de la cancha, Jordan y el legendario
entrenador Phil Jackson popularizaron el concepto de tener jugadores de rol
dentro de un equipo, pues como el propio Jordan ha admitido en el pasado, no
hubiese podido ganar seis campeonatos solo. Figuras como Scottie Pippen, Horace
Grant, Toni Kukoc, Steve Kerr, Dennis Rodman, Bill Cartwright, John Paxson,
B.J. Armstrong y Ron Harper, entre otros, aportaron en grande para hacer de los
Bulls uno de los equipos más formidables en la NBA.
El ex canastero resultó ser, además, un imán para
las campañas de mercadeo y portavoz para un gran número de compañías y sus
productos. Inclusive en su retiro, Jordan todavía recibe entre US$30 y US$40
millones anuales por concepto de anuncios, su marca de calzado y ropa deportiva
(Jordan Brand) y otros acuerdos promocionales.
No es por nada que Jordan es considerado uno de los
mejores jugadores de baloncesto del mundo, pero sin duda alguna, su faceta de
ejecutivo no le llega ni a los tobillos a su larga e histórica faceta como
atleta.
Por
JOSE AYALA/Primera Hora
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