Se cumplen 56 años de aquel ya legendario 2 de
diciembre en que 82 expedicionarios con Fidel al frente, desembarcaron por Las
Coloradas en su definitivo propósito de "ser libres o mártires".
Muchas son las razones que hacen del 2 de diciembre
una de nuestras fechas más significativas y hermosas.
En la hazaña del Granma están representados el gesto
emancipador de Carlos Manuel de Céspedes, que con solo un puñado de hombres mal
armados, desafió al imperio colonial; la intransigente actitud de Antonio Maceo
en Baraguá de proseguir el combate por la liberación, aun en las más adversas
condiciones; la perseverancia de José Martí, que no obstante los numerosos
obstáculos no vaciló en desatar "la guerra necesaria" y en frágil
bote de remos —junto a Máximo Gómez— desembarcó en la costa cubana para unirse
al Ejército Mambí; la rebeldía, el honor y el desinterés de los jóvenes
asaltantes del cuartel Moncada.
Fue la acción del Granma, iniciadora de la guerra de
liberación nacional, pródiga en lecciones.
La principal enseñanza de ese histórico hecho está
en que las aparentemente invencibles dificultades a que se enfrentó la fuerza
expedicionaria, entre ellas el durísimo revés de Alegría de Pío, no provocaron
el desaliento ni la renuncia, y mucho menos el sentido de rendición o de
derrota, de los pocos sobrevivientes que, hambreados y sin apenas fusiles y
municiones, avanzaron dispersos hasta alcanzar las cimas de la Sierra Maestra
para continuar la lucha.
En aquellos días se escuchó por vez primera el grito
viril de "Aquí no se rinde nadie¼ ", exclamado por Almeida, que en la
historia de estos últimos 52 años se ha enlazado, como uña y carne para
siempre, con la consigna de ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!, expresión de la
irrenunciable decisión del pueblo de hacer la Revolución, defenderla de las
amenazas, provocaciones y ataques de sus enemigos internos y externos, y
hacerla avanzar en medio de cualesquiera dificultades.
Otro no menos importante precepto que nos legó es
que aun en las más difíciles y duras circunstancias para hacer la Revolución
hay que confiar en el pueblo, echarlo a andar y unir a los revolucionarios.
Así nació bajo fuego de la lucha, el glorioso
Ejército Rebelde, así se marcó el comienzo del camino heroico y difícil
recorrido en estos 56 años.
Jamás se podrá olvidar que ese camino lo abrieron
las ideas justas que vinieron en el Granma. A partir de siete fusiles empuñados
por los agotados restos de aquella expedición se forjó la convicción de
victoria marcada por aquella profunda fe de Fidel cuando le dijo a Raúl en
Cinco Palmas: ¡Ahora sí ganamos la guerra!
En 25 meses, el Ejército Rebelde dirigido por Fidel
escribió una epopeya que está marcada por acontecimientos imborrables como la
creación del Segundo y Tercer Frentes, la derrota de la ofensiva de los
soldados de Batista, la ocupación de numerosos cuarteles de la dictadura, la
épica marcha de Camilo y Che hacia Las Villas y la victoria del Primero de
Enero, con lo cual se acabó el régimen de explotación y terror.
Como justo homenaje a la significación histórica de
aquel hecho y a las tradiciones que están simbolizadas en ese 2 de diciembre
conmemoraremos mañana el Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Para orgullo de la Revolución, el Ejército Rebelde y
las Milicias Nacionales Revolucionarias, el pueblo uniformado de que nos
hablara el inolvidable Comandante Camilo Cienfuegos, convirtieron a nuestras
Fuerzas Armadas Revolucionarias no solo en el poderoso baluarte armado de
nuestra Patria Socialista, cuyas tradiciones combativas e internacionalistas la
distinguen, sino también por el aporte de organización, disciplina y eficiencia
que brindan a la sociedad y que sirve de ejemplo en la batalla que hoy libramos
por la actualización del modelo económico.
Hoy, como dijo Fidel, ya no se trata de un puñado de
hombres en un pequeño yate, más repletos de ideas que de armas, sino de una
nave inmensa y sólida que ninguna ola, ningún viento, ninguna tempestad será capaz
de hacer naufragar, cargada esta vez de muchos sueños hechos realidades y de
muchas realidades que son sueños todavía por hacer, donde un pueblo entero
navega hacia el futuro.
Tomado
del GRANMA
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