El campeón mundial de la Fórmula 1 recorrió las
calles de Heppenheim, su pueblo natal en el sudoeste de Alemania, ante la
aclamación de sus admiradores y vecinos.
Cerrada la polémica por el reclamo de Ferrari ante
el supuesto adelantamiento ilegal que habría realizado en la última carrera, y
confirmado su título por la FIA y por Bernie Eclestone, el piloto se dedica a
celebrar.
Sebastian Vettel se transformó en la persona más
joven en obtener tres campeonatos consecutivos en la categoría, lo que hizo
caer a los alemanes a sus pies, a pesar de no ser tan carismático como su
compatriota y también multicampeón de la Fórmula 1, Michael Schumacher.
Los medios locales lo bautizaron como “Dios de las
carreras” y lo comparan con el argentino Juan Manuel Fangio, leyenda del
automovilismo.
Heppenheim es una pequeña ciudad de 25 mil
habitantes, situada en el Estado de Hesse. Allí creció idolatrando a Schumacher
y conociendo el mundo de las pistas a través del karting.
En 2003, con sólo 15 años, ganó el campeonato alemán
de Fórmula BMW. Eso le permitió dar el gran salto y, en 2006, convertirse en
piloto de pruebas para BMW Sauber.
Pero su éxito definitivo se produjo cuando pasó a
competir para la escudería Red Bull, con la que obtuvo un subcampeonato y los
posteriores títulos que lo consagraron.
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