MADRID.- El ex socio de Iñaki Urdangarin, Diego
Torres, imputado en el 'caso Nóos' por los mismos delitos que el duque, ha
declarado ante el juez José Castro que en el Instituto "tomaban las
decisiones los cinco miembros de la Junta Directiva, incluida la Infanta
Cristina".
Durante su declaración, Torres ha confirmado la
información adelantada por Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta sobre la reunión
mantenida en la Zarzuela entre Urdangarin, Camps y Barberá para decidir los
contratos de los eventos en Valencia. Castro le ha preguntado a este respecto
si en esa reunión estaba presente el Rey, a lo que Torres ha contestado que no.
Según ha contado Torres, Urdangarin "manejaba
una lista de las empresas que le podían ayudar para el Valencia Summit".
Durante su comparecencia, el ex socio de Urdangarin
ha señalado que las órdenes de Zarzuela, en concreto del asesor de la Casa Real
y Conde de Fontao, José Manuel Romero, eran "cubrir las apariencias".
Torres también ha afirmado a Castro que tanto la
Infanta Cristina como la Casa Real en general conocían que Urdangarin continuó
con sus negocios, aunque no en primera línea, después de que en el año 2006
fuese instado a dejarlos por el monarca.
Cambia
el orden de los interrogatorios
Torres y su mujer, Ana Mª Tejeiro, han llegado esta
mañana sobre las 8.55 horas al juzgado de Instrucción número 3 de Palma junto a
su abogado para comparecer ante el juez que intruye el caso Nóos, José Castro.
La previsión era que Tejeiro declarara en primer
lugar, pero a petición del abogado defensor Castro ha cambiado el orden de las
comparecencias y ha empezado por el interrogatorio a Torres. Al poco de empezar
su interrogatorio, el ex socio del yerno del Rey ha entregado al magistrado un
sobre con documentación.
Ni Torres ni su mujer han querido hacer
declaraciones a la prensa congregada en la entrada de los juzgados. La única
que ha tenido unas palabras para los periodistas ha sido la abodaga de la
acusación particular de Manos Limpias, que ha asegurado que podrían "pedir
la imputación de la Infanta si aparecen nuevas pruebas. No sólo por lo que
declare Torres".
Si en contra de lo que hizo hace un año Torres se
decide a declarar, el ex socio de Urdangarin será interpelado por el juez, que
ha llegado a los juzgados a las siete de la mañana, y el fiscal no sólo por los
últimos avances del caso Nóos, como son la ocultación de dinero a Hacienda, las
salidas de dinero a paraísos fiscales y los pagos a la Fundación Madrid 2016, sino
por todo el caso que suma ya más miles de folios.
A pesar de lo ingente de la investigación, las
declaraciones en cualquier caso se esperan más dinámicas que las del año pasado
por una sencilla razón. En febrero de 2012, el Juzgado de Instrucción 3, que
dirige el caso, transcribía al momento los interrogatorios con los
consiguientes parones y correcciones.
La
declaración de Torres, más rápida
Tras la declaración de Urdangarin, en febrero, que
duró dos días enteros, en las que se hicieron varios turnos de transcriptores y
de la que salieron poco más de 24 folios, el juez decretó que los
interrogatorios serían grabados y sólo se daría a las partes una transcripción
de las cintas. Las grabaciones originales, decretó, se quedarían dentro del
Juzgado y sólo las partes personadas en la causa tienen derecho a escuchar las
cintas si así lo solicitan al Juzgado.
Diego Torres llegó al Juzgado de Palma en 2011 y en
cuanto le preguntaron por el Instituto Nóos dio el nombre de Iñaki Urdangarin,
su presidente. Pero cuando la investigación avanzó y el juez le volvió a citar
de nuevo a él, -también en febrero, también una semana antes de Urdangarin-,
prefirió guardar silencio y esperar a ver qué decía su exsocio. Éste dijo al
juez y el fiscal que creía que Torres le engañaba, habló de supuestas firmas
falsificadas, exculpó a la Infanta y colocó a Torres como el gran hacedor de
Nóos. El duque (consorte) de Palma se desvinculaba así de la gestión del
Instituto que le ha llevado a los tribunales.
Pero si el juez no le creyó -como indicaría en sus
autos posteriores- su ex socio volvió a guardar silencio... durante poco más de
un mes. El 17 de abril Diego Torres comenzó a abrir su caja de Pandora. E-mails
guardados celosamente por Torres en los que Urdangarin hablaba sobre sus actividades
y mencionaba a la Infanta Cristina y al Rey llegaron al Juzgado de José Castro.
"Tengo un mensaje de parte del Rey, y es que le
ha comentado a Cristina para que me lo diga, que le llamará Camps a Pedro para
comentarle el tema de la base del Prada y que en principio no habrá problema y
que nos ayudarán a tenerla", apuntaba un e-mail de 2007 de Urdangarin a
Torres. En principio el duque ya debería estar desvinculado de Nóos, pero no lo
estaba, tal y como eso sí había reconocido en el Juzgado.
Menos de un mes después, en mayo de 2012, la defensa
de Torres avisó de que había más. Hasta 200.
Y nada más arrancar 2013, nueva entrega. En ese
caso, el abogado de Torres, Manuel González Peeters, envió al Juzgado el 11 de
enero una nueva serie de e-mails que implican a la amiga del Rey, Corinna
Sayn-Wittgenstein en los foros organizados por el Instituto Nóos. Según estos
correos electrónicos, Corinna asistió como invitada a un foro en Valencia. Era
el 11 de enero y acaba de conocerse que Torres y Urdangarin también serían
imputados por al menos tres delitos fiscales por defraudar a Hacienda cerca de
medio millón de euros en dos años.
Dos semanas después, los e-mails de Torres volvían a
la carga. De hecho, esta tanda tuvo consecuencias judiciales directas: la
imputación del secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, en el caso
Nóos. También otras de corte más social: Palma ha descolgado de una de sus
principales vías el nombre de los duques de Palma.
La primera consecuencia
llegó después de que los e-mails revelaran que Urdangarin daba una serie de
instrucciones económicas a García Revenga. La segunda, porque el duque finalizó
una misiva digital con una firma que no ha gustado nada en Palma: "el
duque Em...Palma...do", dejó por escrito. El Ayuntamiento de la ciudad
puso manos a la obra y descolgó el cártel de su Rambla que pasó de ser la
Rambla de los duques de Palma.
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