Obama podrá actuar contra estadounidenses ligados al terrorismo extranjero
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El mandatario de los EEUU estará
habilitado para ordenar ataques contra ciudadanos de su país que colaboren con
Al-Qaeda.
Un documento filtrado por la cadena NBC
y titulado "Lawfulness of a Lethal Operation Directed Against a US Citizen
Who is a Senior Operational Leader of al-Qaida or An Associated Force"
('Legalidad de una operación letal directa contra un ciudadano estadounidense
que sea jefe operacional de Al-Qaeda o de una fuerza asociada) dejó al
descubierto la estrategia legal que diseñó el Departamento de Justicia para
justificar los asesinatos de americanos en el exterior.
El memorando, de 16 hojas de extensión,
se hizo público esta semana pero data de mediados de 2011. La creación del
artilugio legal no fue casual. Ocurrió pocos meses antes de que Barack Obama
ordenara el ataque con un drone, en Yemen, al clérigo musulmán Anwar Al Awlaki,
de la red terrorista Al-Qaeda.
El extremista, nacido en los Estados
Unidos, fue asesinado en la operación junto con tres personas que también
habían nacido en el país. Entre ellos, un joven de 16 años.
En resumen, la oficina legal de la Casa
Blanca logró reformular la disposición que autoriza al presidente a decidir ese
tipo de ataques –siempre empleando drones- y permitir que el asesinato de un
conciudadano no sea inconstitucional.
El texto señala que Obama puede ordenar
el ataque cuando “un alto dirigente de Al-Qaeda” o una fuerza asociada
“representa una amenaza inminente contra los Estados Unidos” y su “captura es
inviable”. Según explica The Guardian, no es necesario que existan todas estas
circunstancias pues no se trata de requisitos mínimos. Con que uno de estos
factores se dé, el mandatario puede ordenar la ofensiva.
Respecto a la determinación de si un
ciudadano estadounidense es o no terrorista, la justificación legal califica
como suficiente para ordenar el asesinato la sospecha que tenga el propio mandatario
o un alto funcionario de la Casa Blanca.
La clave en la “resignificación” de la
estrategia antiterrorista de George Bush, creada luego de los atentados del
11-S, está en lo que se entiende por “ataque inminente”. Según el documento, el
Gobierno no debe tener pruebas concretas de éste, ya que Al-Qaeda y sus células
planean constantemente nuevos golpes contra el país. “Efectuará tales ataques
siempre y cuando le sea posible”, asegura el texto.
Muchas organizaciones de derechos
humanos criticaron esta licencia por considerar que todo ciudadano tiene
derecho a un juicio justo. Incluso un grupo de senadores escribió al presidente
Obama para exigir la totalidad de las justificaciones legales para lanzar
ataques con drones contra ciudadanos estadounidenses.
Esta semana, la administración demócrata
había estado en el ojo de la tormenta por otra disposición legal que autoriza a
los militares a detener por tiempo indefinido a ciudadanos americanos.
La "sección 1021(b)(2)" del
Acta de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, según sus siglas en inglés) indica
que el presidente "tiene autoridad para detener a personas que eran parte
o apoyaron de manera sustancial a fuerzas de los talibanes o Al-Qaeda o fuerzas
asociadas que están involucradas en hostilidades contra Estados Unidos o sus
aliados". Incluye a "cualquier persona que ha cometido un acto
beligerante o ha directamente apoyado hostilidades, ayudando a esas fuerzas
enemigas".
La norma fue llevada a la Justicia por
un grupo de intelectuales que logró que se declarara ilegal, en septiembre
pasado. Pero el Departamento de Justicia recurrió el fallo y logró que el
tribunal de apelaciones suspendiera su aplicación hasta que se pronuncie de
manera definitiva.
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