Maduro asegura que no habrá traidores en los cuarteles tras convocar al Ejército
Categorias:
internacionales
CARACAS.- El viernes se cumplió el primer mes desde
el fallecimiento de Hugo Chávez, una fecha propicia para la conmemoración, más
aún por el hecho de que coincide con una atípica campaña electoral. Sin
embargo, su designado sucesor y candidato para los próximos comicios del 14 de
abril, Nicolás Maduro, presidente encargado del país, optó por convocar a una
reunión con la alta oficialidad de las Fuerzas Armadas. La decisión dejó la
impresión de que algo importante para el desenlace del proceso político de los
días venideros se dirime en los cuarteles.
“Aquí están buscando un Pinochet, no lo han
encontrado ni lo van a encontrar”, proclamó Maduro ante un auditorio verde
oliva, y añadió: “Pero lo siguen buscando para que traicione el legado del
comandante Chávez”. La reunión tuvo lugar en el Auditorio de la Academia
Militar de Venezuela, a escasos metros de donde el cadáver de Chávez estuvo
expuesto por algo más de una semana, hasta mediados de marzo. El tono de Maduro
fue grave y sus palabras hicieron hincapié en el tema de la lealtad.
El candidato oficial hizo un repaso a su versión de
la historia venezolana, según la cual el devenir de la república se puede
relatar como un puñado de “ciclos virtuosos” clausurados sistemáticamente por
una traición. Así, las gestas de la resistencia indígena, de los próceres de la
independencia o de la guerra federal, habrían sido empañadas por sus
correspondientes contrarrevoluciones “de los intereses antipueblo” y de la
“vanidad traidora” de algunos líderes. Sin embargo, el excanciller dijo que se
había “derrotado el ciclo de la traición” porque “Chávez nos preparó para la
lealtad”.
Desde que empezó en 1999 la autodenominada
Revolución Bolivariana, desde las filas del chavismo siempre se subrayó que se
trataba de un proceso “pacífico, pero armado”, para dar fe de la fórmula
cívico-militar que la respalda. La certeza se desprendía del mismo origen de su
líder, el teniente coronel Chávez, quien disponía a la vez de una gran conexión
emocional con el electorado y un conocimiento profundo de la vida de los
cuarteles. Aunque muchos de los actuales dirigentes del partido oficial fueron
también militares, no cuentan ni con la jerarquía ni con la legitimidad
política para asegurar el mando. Desaparecido el líder, el Ejército puede
convertirse de nuevo en una variable imprevisible de la ecuación institucional
en Venezuela. La intranquilidad se ha activado, además, con las recientes
referencias a posibles disensos y filtraciones en las filas militares hechas
por el candidato opositor Henrique Capriles, y por su llamado este jueves en la
ciudad de Maracay, sede de una importante plaza militar, para que las Fuerzas
Armadas y un misterioso general —al que ofrecería la cartera de Defensa si gana
las elecciones— garanticen que “se pueda votar en paz y se respete el
resultado” de los comicios del 14 de abril.
Frente al alto mando militar y un grupo nutrido de
oficiales, Nicolás Maduro leyó en voz alta el Código de Honor de la Academia
Militar, por la que los cadetes prometen rendirle culto a “la lealtad y la honestidad”.
Hubo felicitaciones para el Comando Estratégico Operacional que, dijo Maduro,
está trabajando en un nuevo planteamiento y doctrina militares. “Al general
Barrientos”, jefe del Comando, “no se le ocurriría poner en sus planes que
Venezuela tuviera bases militares en Estados Unidos para proteger las
refinerías de Citgo”, ironizó, haciendo referencia a la empresa que la
petrolera estatal venezolana Pdvsa tiene en EE UU.
Para reforzar las fidelidades militares, Maduro
anunció la creación de un Instituto de Investigación y Desarrollo de las
Ciencias y Artes Militares, pues, aseguró, “Venezuela necesita tener una
industria militar”. Para ello, adelantó, podría aprobarse una Zona Económica
Especial para el Desarrollo Militar. También firmó una minuta para la
aprobación de “todos los recursos” financieros requeridos para las operaciones
de las Fuerzas Armadas en 2013.
Pidió ayuda para ser un buen comandante en jefe. “Yo
no soy Chávez, un Chávez nace sólo cada 500 años”, afirmó, opinando que de esa
grandeza daba su testimonio la enorme manifestación de afecto posterior a su
muerte. Finalmente, dio permiso, con ocasión del primer mes de la desaparición
del líder revolucionario, para que las promociones de nuevos oficiales
egresadas en 2013 lleven el nombre de “Comandante Supremo Hugo Chávez Frías”.
No hay comentarios.: