Inflamación del esófago

El esófago es un órgano tubular del aparato digestivo, situado en la cavidad torácica detrás del esternón. Se separa de la garganta y del estómago por unas válvulas llamadas esfínteres. El que está en la parte inferior, es decir, entre el esófago y el estómago, lo protege del daño que resultaría de la exposición al contenido ácido del estómago, que según su intensidad, persistencia y calidad, origina la inflamación: esofagitis.

Este órgano cumple la función de facilitar el paso de los alimentos masticados hasta el estómago; impedir la entrada del contenido gástrico hacia el esófago, la faringe y las vías respiratorias; permitir el paso del contenido gastrointestinal durante el acto del vómito y servir como válvula de escape o aliviador de los eructos o aerofagia (aire tragado).

Felipe Neri Piñol

Con estos comentarios inicia nuestro diálogo el Doctor en Ciencias Médicas Felipe Neri Piñol Jiménez, especialista de Segundo Grado en Gastroenterología, Profesor e Investigador Titular, Máster en Enfermedades Infecciosas, quien es el jefe del Servicio de Hospitalización (sala de hombres) del Instituto de Gastroenterología del Ministerio de Salud Pública.

—¿Se conocen cuáles son las causas fundamentales que originan la esofagitis?

—Los agentes químicos, y el más frecuente es por reflujo gastroesofágico. También físicos, por ingestión de alimentos muy calientes, fríos o sazonados; medicamentos (aspirina, ibuprofeno, antineoplásicos) y tratamientos radiactivos; infecciosos, por virus, bacterias y hongos.

—¿Existen factores de riesgo para el desencadenamiento de esta enfermedad?

—Sí, en general están descritos la edad avanzada, la obesidad, el embarazo, el hábito de fumar, el alcoholismo, el estrés, la malnutrición, la diabetes mellitus mal controlada, la cirugía gástrica, la hernia hiatal, entre otros.

—¿Afecta por igual al sexo masculino que al femenino?

—Sí, a ambos.

—¿Podría enumerar los síntomas y signos principales de la esofagitis?

—En un gran número de personas cursan de forma asintomática, pero en algún momento aquejan de síntomas típicos o esofágicos como la acidez retroesternal (sensación quemante debajo del esternón), regurgitación ácida (buche ácido que sube desde el estómago hasta la garganta o boca, acompañado de sabor amargo o ácido, y mal aliento). Otros síntomas son dificultad al tragar y dolor en la boca del estómago (dolor epigástrico). Los atípicos o extraesofágicos referidos en ocasiones son el dolor de pecho, tos y dificultad al respirar, problemas de las vías respiratorias superiores (oídos, nariz, garganta).

—¿Qué procederes se emplean para establecer el diagnóstico de certeza?

—Todo parte de una adecuada interrelación médico-paciente que favorece la elaboración de una buena historia clínica a partir de un interrogatorio y examen físico, lo que se complementa con pruebas diagnósticas como la endoscopía digestiva alta y la biopsia de mucosa esofágica, capaces de poner de manifiesto diversas lesiones.

—¿Cuál es la terapéutica de elección para estos pacientes? ¿En general se puede esperar una buena respuesta al tratamiento?

—El tratamiento de elección está en relación con la causa que le da origen y se usan medicamentos que reducen la cantidad de ácido del estómago. Por lo general la respuesta a la terapéutica es buena cuando se orientan y se cumplen las medidas higiénicénico-dietéticas.

—De no ser tratada, ¿podría acarrear alguna complicación a corto o más largo plazo?

—Sí. Las principales complicaciones son la esofagitis erosiva, las obstrucciones llamadas estenosis o estrechez y, a largo plazo, el esófago de Barrett. Esta última puede degenerar en lesiones más serias como el cáncer de esófago en un porcentaje pequeño de los casos.

—¿Estos pacientes suelen presentar alguna alergia alimentaria?

—No.

—¿Qué consejos dietéticos ofrece a sus pacientes aquejados de esta enfermedad?

—Deben evitar la grasa, los cítricos, chocolate, refrescos gaseados, tomate, café, las comidas copiosas y muy condimentadas. El consumo de alcohol y el hábito de fumar están prohibidos. De manera general, no usar ropas ajustadas ni acostarse inmediatamente después de las comidas.

—¿Le quedaría algo esencial por añadir?

—Ante los primeros síntomas de esta enfermedad acudir al médico de la familia.




Por JOSÉ A. DE LA OSA/Granma

No hay comentarios.: