El lunes pasado se dio a conocer que el exjugador del
América de México Christian 'Chucho' Benítez murió de una falla cardiaca a los
27 años.
Las muertes de Marc-Vivien Foe, Antonio Puerta y
Daniel Jarque, así como el colapso de Fabrice Muamba en pleno partido, plantean
interrogantes acerca de cómo estos atletas altamente entrenados pueden ser
abatidos de tal manera.
Los deportistas profesionales generalmente mantienen
una condición física privilegiada, sobre todo con los avanzados conocimientos
actuales a nivel fisiológico, nutricional y médico.
Sin embargo, Benítez es sólo el último de una
creciente lista de atletas de alrededor del mundo que han sufrido problemas
cardiacos, aparentemente de la nada.
¿Por
qué sucede esto, y es posible prevenirlo?
“La práctica deportiva vigorosa puede desenmascarar
una afección subyacente no diagnosticada”, dice la médico Hilary Jones, una
experta de Inglaterra.
“Así que, cuando vemos a alguien que tiene una
hemorragia subaracnoidea, una apoplejía repentina en el terreno de juego,
quedamos sorprendidos. Si alguien tiene un paro cardiaco, quedamos muy
sorprendidos. Estos eventos no son comunes, especialmente entre los atletas,
pero no son raros tampoco”.
Las pruebas para evitar que esto suceda difieren de
país a país, dice el cardiólogo Chandan Devireddy, quien reside en Estados
Unidos.
“Las pruebas de detección son muy polémicas en la
comunidad médica en cuanto a qué tipo de pruebas deben hacerse, cuándo deben
realizarse, cómo realizarlas”, dice Devireddy, quien trabaja en el Hospital de
la Universidad de Emory.
La Liga Premier, por ejemplo, dice que todos los
jugadores a partir de los 16 o 18 años de sus clubes miembros “deben pasar por
un reconocimiento/examen cardiológico” y luego tener seguimientos “tan pronto
en sus carreras como sea posible, y de nuevo si las pruebas médicas anuales
muestran resultados que merezcan un examen más detenido”.
¿Las evaluaciones cardiacas garantizan que estas
condiciones sean descubiertas?
"Con las pruebas de electrocardiograma, esto a
veces no se detecta”, dice Devireddy. “Con la miocardiopatía hipertrófica que
estamos discutiendo, alrededor del 70% de las veces en que la primera
incidencia es diagnosticada es con un episodio de muerte súbita cardiaca”.
Jones dice que los deportistas deben realizarse
electrocardiogramas (que interpretan la actividad eléctrica) y ecocardiogramas
(que utilizan técnicas de ultrasonido para crear imágenes del corazón).
"Había un programa de detección que fue muy
eficaz en Italia, por ejemplo, donde todos los jóvenes deportistas
profesionales eran examinados”, dice. “Estaban detectando una cifra bastante
grande de anomalías y, de hecho, pudieron reducir su tasa de mortalidad en un
90%.
¿Podría
ocurrirme lo mismo?
“Es completamente ilógico ver un joven de 23 años de
edad, muy en forma, y un deportista de gran talento como Fabrice Muamba, tener
un paro cardiaco en el terreno de juego sin previo aviso, y hace que todos se
pregunten: '¿Podría pasarme eso a mí?'”, dice Jones.
“Él debió haber tenido alguna enfermedad subyacente.
Tenía buena condición en todos los demás aspectos, y el deporte nos pone en
forma, pero eso no descarta alguna sutil enfermedad subyacente que es difícil
de diagnosticar sin pruebas de detección. Cualquier persona que practique un
deporte a alto nivel debe ser examinada”.
Devireddy concordó en que las estrellas del deporte
deben poder lidiar con los rigores físicos de su profesión. “Los atletas de
este nivel, estos señores entrenan para competir día a día”, dice.
“Por supuesto, si están presionándose a sí mismos
más allá de los límites humanos en términos de qué tan bien hidratados están y
cómo están sus balances de electrolitos, eso puede predisponer a los atletas,
incluso a los más competitivos, a ritmos anormales del corazón y a presionar al
músculo cardiaco, pero por experiencia en historias anteriores y casos
anteriores, esto probablemente tiene una causa subyacente”.
Fuente CNN
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