CIUDAD DE MEXICO.- Según fuentes militares, es el saldo de tres días de
lucha entre miembros de los cárteles de Los Zetas y del Golfo en Zacatecas,
centro del país
Una supuesta pugna por el control de la zona reavivó
la violencia en Zacatecas desde el jueves pasado después de la captura del
máximo líder del grupo criminal de Los Zetas,
Miguel Ángel Treviño Morales, conocido como el "Z-40", en
julio pasado.
Según fuentes militares adscritas a la 11 Zona
Militar, con sede en la ciudad de Guadalupe, citadas por el diario "La
Jornada", tres noches consecutivas de tiroteos dejaron 46 muertos en las
ciudades de Fresnillo, Valparaíso, Río Grande y Jerez.
En un choque armado ocurrido el jueves por la noche
en la carretera Fresnillo-Valparaíso, integrantes del cártel del Golfo se
enfrentaron con un convoy de 14 camionetas en el que viajaban unos 80 miembros
de los Zetas.
Fue una refriega muy fuerte donde hubo al menos 38
caídos de ambos lados, detalló una fuente adscrita a la 11 Zona Militar,
perteneciente a la Quinta Región Militar, según el rotativo.
Otra contienda tuvo lugar el viernes por la noche en
el centro de Jerez, a unos 60 kilómetros al oeste de la capital, con saldo de
unos ocho sicarios muertos.
Según el semanario político "Proceso",
cruentos enfrentamientos, persecuciones y tiroteos se registraron desde el
jueves entre las bandas delincuenciales rivales, aunque no hay una versión
oficial sobre los hechos.
Empero, fuentes extraoficiales del ámbito militar
confirmaron los choques, mientras que reportes de testigos en las ciudades y a
través de redes sociales hablan de decenas de personas acribilladas, cuyos
cuerpos fueron retirados por los propios grupos.
Las escaramuzas en el estado de Zacatecas al parecer
son por el dominio de esa zona del centro de México tras la detención en julio
de Treviño, señalado como uno de los líderes criminales más sanguinarios de
México.
Treviño fue detenido cerca de Nuevo Laredo, en la
frontera con Estados Unidos, por efectivos de la Marina. Los Zetas son una
organización fundada por desertores del Ejército a finales de la década de los
noventa para operar como brazo armado del Cártel.
Sin embargo, desde 2010 operan de manera
independiente, con prácticas de violencia que no habían sido vistas antes en
México en niveles tan extremos.
No sólo se dedican al tráfico de drogas, sino
también al secuestro, la extorsión, el tráfico de migrantes, el robo de
combustible y la falsificación de discos y películas, entre otros negocios.
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