QUNU, Sudáfrica.- El cuerpo de Nelson Mandela
llegó este sábado por la mañana a Qunu, el pueblito de su infancia en el que
será enterrado, una semana y media después de su muerte y de recibir el tributo
de miles y miles de sudafricanos.
“Es real, es triste, se acabó, eso es todo”, exclamó
Koleka Mkukwana, una muchacha de unos 20 años, al ver pasar el coche fúnebre de
Mandela por la entrada de Qunu.
El coche que transportaba el féretro llegó alrededor
de las 16H00 (14H00 GMT) a Qunu, donde unas 300 personas esperaban a ambos
lados de la carretera para rendir un último tributo a Mandela, fallecido el 5
de diciembre a los 95 años.
“Va a descansar en paz. Ahora nos corresponde a
nosotros unirnos”, dijo Phatwe Maxsiswa, de 32 años.
“Estoy muy orgulloso de vivir en Qunu, la tierra de
Mandela”, dijo a la AFP Alí Hamad, de 23 años, un paquistaní que agitaba una
banderita sudafricana y que pertenece a una de las pocas familias inmigrantes
de este pueblo de varios miles de personas.
El viaje a Qunu desde Pretoria, donde unas 100.000
personas desfilaron en tres días por la capilla ardiente, era la última
oportunidad de los ciudadanos de estar cerca de Mandela antes de su entierro.
“Cuando sea vieja, quiero que pueda explicar la
historia de Rolihlahla llegando al aeropuerto”, explicó Pamela Timakwe, de 35 años
-usando el nombre en lengua xhosa de Mandela-, que trajo también a su hija de
8, Hlumile.
Los funerales empezarán el domingo a las 08H00
(06H00 GMT) con un acto de dos horas en el que se espera la asistencia de unas
50.000 personas, aunque el entierro, en la propiedad de la familia en Qunu,
será estrictamente privado, cerrado a la prensa y al público.
El cuerpo de Mandela salió a mediodía de la base
área Waterkloof de Pretoria en un avión militar escoltado por dos cazas y llegó
a Mthatha dos horas después.
En el aeropuerto de Mthatha fue recibido con el
himno nacional mientras su viuda Graça Machel, y su anterior esposa, Winnie
Mandela, se consolaban mutuamente.
El domingo, las formalidades y el protocolo del
Estado darán paso a los ritos tradicionales de la etnia Xhosa, incluyendo el
sacrificio de un buey.
Las exequias del Premio Nobel de la Paz estarán
supervisadas por los ancianos del clan y tendrán lugar en la hacienda de la
familia.
El sacrificio del animal -recurrente en momentos
señalados de la vida- será parte crucial del evento.
Otra polémica: Tutu no estará en el entierro. Al
entierro del domingo asistirán decenas de dignatarios extranjeros,
principalmente africanos, pero también de otros lugares, como el ex ministro de
Relaciones Exteriores francés Alain Juppé, el ex primer ministro francés Lionel
Jospin o el activista por los derechos civiles estadounidense Jesse Jackson.
Sin embargo, tendrá su propia polémica, una más en
la serie que ha afectado a los nueve días que se llevan de duelo.
El falso intérprete de lenguaje de signos asignado
al discurso del presidente estadounidense Barack Obama el martes, o los
abucheos a su par sudafricano Jacob Zuma en el mismo lugar, el estadio Soccer
City de Johannesburgo, han ocupado muchas portadas.
Y es que el ex arzobispo anglicano y Premio Nobel de
la Paz Desmond Tutu, a menudo crítico con el Gobierno sudafricano, no asistirá
al entierro de su amigo y compañero porque no fue invitado, explicó este
sábado.
“Aunque me habría encantado asistir a la ceremonia
para dar un último adiós a alguien a quien quise y aprecié, habría sido poco
respetuoso con Tata colarse en algo que está planificado como un funeral
privado de la familia”, dijo en un comunicado.
“Si mi oficina o yo mismo hubiéramos sido informados de que yo era
bienvenido, no me lo habría perdido por nada en el mundo”, añadió.
Sin embargo, la presidencia sudafricana aseguró que
Tutu estaba en la lista de invitados al entierro.

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