NUEVA YORK.- La policía del condado Suffolk, en Long
Island, cercano a la Ciudad de Nueva
York tendrá que investigar mejor los crímenes de intolerancia racial y asegurar
que sus agentes tratan de forma respetuosa y sin prejuicios a los hispanos de
la zona, ordenó ayer el Departamento de Justicia.
Las medidas serán implementadas por el Departamento
de Policía del condado, que fue criticado después de la muerte, en 2008, de
Marcelo Lucero, un inmigrante ecuatoriano que murió a manos de un grupo de
jóvenes estadounidenses.
Los implicados, que se encuentran en prisión, lo
insultaron por ser hispano y admitieron que se dedicaban a abusar de
inmigrantes latinos a menudo porque no temían ser castigados por la Policía.
Portavoces del departamento policial no respondieron
de forma inmediata a una solicitud de comentario.
El acuerdo entre la división de Derechos Civiles del
Departamento de Justicia y las autoridades de Suffolk requiere la aprobación de
la legislatura local. El Gobierno emitió una serie de recomendaciones en 2011,
pero activistas en Long Island esperaban este informe final.
Entre las medidas que tendrá que establecer la
agencia está mejorar el entrenamiento de oficiales y el acceso de servicios
policiales para personas con un inglés limitado, además de ampliar esfuerzos de
la Uniformada para relacionarse con la comunidad hispana de la zona.
El Departamento de Justicia señaló que el condado
Suffolk ya ha empezado a cooperar con el Gobierno para cumplir con las
disposiciones. Inmigrantes entrevistados en octubre, con motivo del quinto
aniversario de la muerte de Lucero, dijeron que han notado mejoras en su
relación con los uniformados.
"Ahora la gente reporta a la Policía, sean
documentados o indocumentados. Cambió mucho la situación. Todavía se oye que se
golpea a gente, pero ya no es tanto como antes. Antes era peor", opinó
Cecilia Bonilla, una salvadoreña de 48 años que trabaja en Patchogue, el pueblo
donde murió el joven.
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