NUEVA YORK.- Después de años de demoras debido a
disputas de financiamiento, retos de ingeniería y una inundación casi
desastrosas, el museo dedicado a las víctimas de los atentados terroristas del
11 de septiembre abrirá al público a mediados de mayo en una enorme caverna
debajo del lugar donde se levantaba el World Trade Center. La entrada costará US$24.
Joe Daniels, presidente del Monumento y Museo al 11
de septiembre, dijo el viernes que los boletos se comenzarán a vender en marzo
para la inauguración.
El precio es similar al de otras grandes atracciones
turísticas de la ciudad. El ferry a la Estatua de la Libertad cuesta 18
dólares, US$25 la entrada el Museo de Arte Moderno y US$27 la visita al
observatorio del edificio Empire State.
Pero el precio ha provocado protestas de los
críticos, entre ellos algunos familiares de las víctimas de los atentados,
quienes dijeron que impedirá la asistencia de muchos estadounidenses. A
diferencia de muchos otros grandes museos en la ciudad, no habrá la opción de
pagar menos de la "donación sugerida".
De
Blasio entre los opositores
Uno de los que expresó su descuerdo fue el alcalde
Bill de Blasio.
"Me gustaría que el precio fuera menor",
dijo el viernes a los reporteros, agregando que la mejor forma sería que el
Gobierno federal cubra una parte de los gastos operativos del museo.
"Creo que este museo merece una cantidad
sustancial de fondos federales", sostuvo de Blasio. "¿Qué cosa tiene
más importancia nacional que esto? Fue una tragedia nacional y personas de todo
el país, de todo el mundo vienen".
Según la directiva de la fundación, no se cobrará a
los familiares de las víctimas del 11 de septiembre o los miles de trabajadores
de la construcción, policías, bomberos y otros que ayudaron en las operaciones
posteriores en la zona punto. Los niños de 5 años o menos también entran
gratis, al igual que cualquier persona los martes entre 5 y 8 p.m.
La entrada a la plaza del monumento del World Trade
Center, que ya funciona, se mantendrá gratis. Unos 5.3 millones de personas
visitaron esa zona para ver las dos enormes fuentes que estén en el lugar de
las dos torres.
La fundación tiene un presupuesto anual de US$63
millones para operar el museo y la plaza. Por ahora, todo el dinero del presupuesto
provendrá del cobro de la entrada y las donaciones privadas.
Algunos familiares de las víctimas han criticado a
la fundación, diciendo que el precio de la entrada es una vergüenza. El subjefe
retirado de bomberos Jim Riches y Sally Regenhard, quienes perdieron un hijo
cada uno en el atentado, han cabildeado para que todo el lugar se entregue al
Servicio Nacional de Parques.
"Nunca tuvo la intención de ser una atracción
turística con un presupuesto elevado y se cobrara la entrada", indicaron
en un comunicado.
Pero Charles Wolf, quien perdió a su esposa en los
atentados, manifestó que apoyaba el cobro de la entrada porque quería asegurar
que el museo esté abierto dentro de 100 años.
"La única forma de lograrlo es con
responsabilidad financiera", argumentó.


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