WASHINGTON.- Estados
Unidos calificó este lunes de “falsas y sin sustento” las acusaciones de
Venezuela de que colabora con las protestas antigubernamentales en ese país, y
que motivaron la expulsión de tres funcionarios de la embajada de Washington en
Caracas.
“Las acusaciones de que Estados Unidos ayuda a
organizar las manifestaciones en Venezuela son falsas y sin sustento”, dijo la
portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, quien agregó que su gobierno no
había recibido ninguna notificación formal de la expulsión de los tres
diplomáticos.
El canciller venezolano, Elías Jaua, denunció este
lunes injerencia del gobierno de Estados Unidos en las protestas estudiantiles
de los últimos días y reveló los nombres de los tres funcionarios de la
embajada en Venezuela, a quienes dio 48 horas para abandonar el país.
Se trata de Breean Marie Mc Cusker, segunda
secretaria ejerciendo funciones de vicecónsul en Venezuela; Jeffrey Gordon
Elsen, segundo secretario de la embajada que también ejerce funciones de
vicecónsul; y Kristopher Lee Clark, segundo secretario.
El domingo, el presidente venezolano Nicolás Maduro
había anunciado la expulsión, sin identificarlos, de los tres funcionarios
consulares: “¡Qué se vayan a conspirar a Washington!”, había dicho el
mandatario en cadena nacional.
A fines de septiembre, Maduro ya había ordenado la
expulsión de tres diplomáticos estadounidenses, entre ellos la encargada de
negocios Kelly Keiderling, a los que acusó de conspirar con la oposición.
Estados Unidos y Venezuela carecen de embajadores
desde 2010.
“Apoyamos los derechos humanos y las libertades
fundamentales –incluida la libertad de expresión y el derecho de reunión– en
Venezuela y en todos los países del mundo. Pero como hemos dicho siempre, le
corresponde al pueblo venezolano decidir el futuro político de Venezuela”, dijo
Psaki.
En los últimos 13 días los estudiantes venezolanos
han protestado por las calles de Caracas y otras ciudades del país por la
creciente crisis económica y la violencia, así como por la detención de
jóvenes.
El miércoles pasado, tras una marcha de miles de
estudiantes que fue acompañada por líderes de la oposición, estallaron incidentes
entre los manifestantes, fuerzas antimotines y grupos con distintivos del
oficialismo, que dejaron tres muertos y 66 heridos.
El gobierno acusó de la violencia a “grupos de
ultraderecha infiltrados” con el fin de provocar “un golpe de Estado”, y responsabilizó
de las muertes al dirigente opositor Leopoldo López.


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