BERLÍN.- La situación de Schumacher empeora. Cuando había
comenzado la retirada progresiva de los narcóticos que mantienen al ex piloto
en coma artificial desde su accidente de esquí, el pasado 29 de diciembre en la
estación alpina de Méribel, su equipo médico se ha topado con una desagradable
sorpresa: le ha sido diagnosticada una neumonía que complica en extremo las
expectativas del caso.
Las consecuencias de esta neumonía pueden resultar
peligrosas para el deportista en al menos dos sentidos. Por una parte, su
cuerpo, y especialmente su cerebro, está recibiendo menos oxígeno del habitual,
una carencia que combinada con un coma apunta a peores daños cerebrales.
Además, podría producirse muy fácilmente una inflamación pulmonar, ya que la
secreción del paciente que se forma en la garganta, y que no es expulsada ya
que no puede toser debido al tubo que tiene en la tráquea, a través del cual
respira, tiene como única vía de movimiento los pulmones.
Este último parte médico ha destrozado a la familia.
Los médicos del Hospital Universitario de Grenoble le habían reducido la
anestesia y su esposa, Corinna, pasa varias horas al día sentada junto al
paciente, hablándole, con la esperanza de que lentamente despierte, según ha
reconocido la portavoz de Schumacher, Sabine Kehm. Las voces familiares suelen
ayudar en estos procesos y tienen un efecto sedante, por lo que los suyos se
turnan para mantener la terapia el mayor tiempo posible. El padre del piloto,
Rolf Schumacher,acude a menudo al hospital para tomar el relevo a Corinna.
Incluso Ross Brawn, ex jefe de equipo de Ferrari y de Mercedes, que ha
coincidido varios años con Michael Schumacher, se ha prestado a contarle
novedades de la Fórmula 1 y bromear en voz alta con el deportista, que por
ahora no muestra reacción. Uno de los más asiduos al hospital de Grenoble es
Jean Todt, ex jefe de Ferrari y actual presidente de la Federación Internacional
(FIA). Todos ellos han sufrido un duro golpe al conocer el nuevo diagnóstico.
Los médicos del Hospital Universitario de Grenoble
podrían haber descubierto la inflamación en los pulmones mediante una
radiografía o, incluso, el aumento de la fiebre de Schumacher. Ahora, para
determinar qué tipo de antibiótico deben administrarle, los médicos tienen que
tomar una muestra de líquido de los pulmones, a través de un manguito
esterilizado que se introduce por el mismo tubo de respiración. Una vez
extraído el líquido, se pueden averiguar qué tipo de bacterias están atacando y
dar con la medicación adecuada.
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