ROMA (26 Abril 2014).- El Papa emérito Benedicto XVI
concelebrará junto al Papa Francisco esto domingo 27 de abril en la ceremonia
de las canonizaciones de Juan Pablo II y Juan XXIII, según ha confirmado el
portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi.
"El Papa emérito ha aceptado la invitación del
Papa Francisco, ha afirmado Lombardi.
Además, ha precisado que Benedicto XVI no estará en
el lado del altar sino en el sector izquierdo, junto con los entre 130 y 150
cardenales y los mil obispo que concelebrarán con el Papa Francisco. A falta de
la confirmación de la aceptación del Papa emérito a la invitación a participar
en las canonizaciones, ya se hablaba de este acto como el día de los cuatro
papas.
Concretamente, habrá cinco cardenales concelebrantes
principales entre los que se encuentran el vicario para la diócesis de Roma, el
cardenal Agostino Vallini, el arzobispo de Cracovia, que fue secretario
personal de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, y el obispo de
Bérgamo, monseñor Francesco Beschi.
Entre los obispos españoles, participarán en la
ceremonia de canonización el arzobispo de Valladolid y presidente de la
Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, el vicepresidente de la CEE,
monseñor Carlos Osoro, el secretario general y portavoz de la CEE, Jose María
Gil Tamayo, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y los
obispos de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, y de Astorga, monseñor
Camilo Lorenzo Iglesias.
Beatificó
a Juan Pablo II en 2011
Benedicto XVI presidió el 1 de mayo de 2011 la
ceremonia de beatificación de Juan Pablo II y se convirtió en el primer
pontífice en mil años que beatificaba a su inmediato predecesor.
En aquel momento, Benedicto XVI recordó, durante la
homilía que hacía seis años" los cristianos se encontraban en la Plaza de
San Pedro para celebrar los funerales de Juan Pablo II y que, ése día, "el
dolor por la pérdida era profundo, pero más grande todavía era el sentido de
una inmensa gracia que envolvía a Roma y al mundo entero". "El día
esperado ha llegado pronto porque así lo ha querido el Señor. Juan Pablo II ya
es beato", dijo con emoción.
La frase fue respondida con multitud de aplausos y
vítores de los cientos de miles de peregrinos congregados en la Plaza de San
Pedro y las calles adyacentes. Poco antes, el Pontífice subrayaba que "ya
aquel día", el 8 de abril de 2005, se percibía "el perfume de su
santidad" y que "el pueblo de Dios manifestó de muchas maneras su
veneración hacia él". De este modo explicaba por qué había querido que,
"respetando debidamente la normativa de la Iglesia", la causa de su
beatificación "procediera con razonable rapidez".
Ante muchos peregrinos de nacionalidad polaca,
también recalcó que "con su testimonio de fe, de amor y de valor
apostólico, acompañado de una gran humanidad, este hijo ejemplar de la nación
polaca ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse
cristianos" y también "ayudó a no tener miedo a la verdad, porque la
verdad es garantía de la libertad". "Nos devolvió la fuerza de creer
en Cristo", destacó.
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