AMMÁN (24 Mayo 2014).- Hay que "seguir
esforzándose por lograr la tan deseada paz" en Oriente Próximo, y para
conseguirla "es necesario y urgente encontrar una solución pacífica a la
crisis siria" y "una justa solución al conflicto entre israelíes y
palestinos". Esa es la receta para lograr la paz en una de las zonas donde
se respira más odio del planeta que Francisco ha lanzado nada más llegar este
sábado a Ammán, la capital de Jordania y en la primera de las tres homilías que
pronunciará en este viaje. Se trata de la primera etapa de un viaje que el
domingo le llevará a los Territorio Palestinos y el lunes a Israel.
El Papa ha sido recibido a su llegada a Ammán por el
rey Abdallah II en el palacio real. Allí, en la salón de ceremonias, Francisco
ha tenido un encuentro con unos 300 representantes de las principales
representantes políticos, diplomáticos y religiosos de Jordania. Hablando en
italiano, el Papa ha señalado que constata "con dolor que sigue habiendo
fuertes tensiones en la región medio-oriental" y ha animado a las
autoridades a continuar trabajando por la paz, pero dejando claro que lograr
una paz duradera pasa por poner fin a la guerra que desde hace ya tres años
está devastando Siria y por encontrar una solución justa al conflicto
palestino-israelí.
De hecho, el Papa ha agradecido a Jordania sus
"generosos esfuerzos" a la hora de acoger a refugiados palestinos,
iraquíes y de otras zonas en crisis, "en especial de la vecina Siria,
destruida por un conflicto que esta durando demasiado tiempo", en palabras
de Francisco. "Esta acogida merece el reconocimiento y la ayuda de la
comunidad internacional", destacó.
El Pontífice también ha hecho un llamamiento a favor
de la libertad religiosa, algo que no todos los países de Oriente Próximo
respetan y garantizan. Para el Papa la libertad religiosa "es un derecho
humano fundamental", que abarca tanto la libertad individual como
colectiva de seguir la propia conciencia en materia religiosa, como libertad de
culto, la libertad de elegir la religión que se estima verdadera y de
manifestar públicamente la propia creencia. Ha dejado claro su firme deseo de
"que sea tenido en gran consideración en todo Medio Oriente y en el mundo
entero". Francisco ha aprovechado para renovar su ''profundo respeto y
consideración a la comunidad musulmana'.'
Su primera homilía
Durante la primera de las tres homilías que
pronunciará en su viaje a Tierra Santa ha incidido en el mismo mensaje.
"El mundo necesita mensajeros de la paz" y "testimonios de
paz", al tiempo que ha subrayado que la "paz no se pude
comprar", "no se vende" sino que tiene que buscarse "con
paciencia" y construirse "artesanalmente" mediante
"pequeños y grandes gestos" en la vida cotidiana.
En la Misa en el Estadio Internacional de Ammán,
Francisco ha pedido "gestos de humildad, de fraternidad, de perdón y de
reconciliación" porque son "premisa y condición" para una paz
"auténtica, sólida y duradera" ante más de 40.000 personas,
incluyendo refugiados cristianos provenientes de Palestina, Siria e Irak.
Durante la homilía, en cuyo altar estaban las
imágenes de los santos de la Iglesia católica Juan Pablo II y Juan XXIII, el
Papa ha expresado que "su corazón" se dirige también a los numerosos
"refugiados cristianos" provenientes de Palestina, de Siria y de Irak
y ha mostrado su "cercanía" al tiempo que ha promovido el encuentro
con los demás "más allá de las diferencias de ideas, lengua, cultura,
religión".
Tras recorrer el espacio del estadio internacional
en papamóvil, saludando a todas las personas allí reunidas, ha recalcado que el
camino de la paz "se consolida" si se reconoce que todas las personas
tienen "la misma sangre" y forman "parte del género humano"
y si no se olvida que hay "un único Padre del cielo" y que
"todos son sus hijos, hechos a su imagen y semejanza".
En un estadio donde ondeaban banderas de todo el
mundo, repicaban campanas y sonaba música en un ambiente de fiesta, el
Pontífice ha subrayado que "la diversidad de personas y de ideas" no
debe provocar "rechazo o crear obstáculos", porque la "variedad es
siempre una riqueza".
Durante la misa, en la que han recibido el
sacramento de la comunión 1.400 niños, ha pedido que el Espíritu Santo unja con
"la misericordia que cura las heridas de los errores, de las
incomprensiones, de las controversias" y que envíe "a los caminos,
arriesgados pero fecundos, de la búsqueda de la paz".
Después, el papa Francisco ha continuado con su
agenda y ha elegido Betania para culpar a fabricantes y vendedores de armas de
la guerra en Siria. En un discurso ante cientos de personas que abarrotaban la
iglesia levantada en el sitio donde la historia sitúa el bautismo de Jesús, el
pontífice pidió a los presentes "que busquen en su corazón una palabra
para que esta pobre gente se convierta" e instó a la comunidad internacional
a ayudar a Siria a salir del conflicto.
Acompañado por un musulmán y un rabino judío
Predicando con el ejemplo, en este viaje Francisco
ha decidido hacerse acompañar por un musulmán y un rabino judío, para dejar
palmariamente claro de que habla cuando habla de diálogo interreligioso.
Posteriormente, el Papa se ha dirigido al estadio
Internacional de Ammán, que ha recorrido a bordo de su 'papamóvil' abierto y
donde oficiará misa.
Durante el vuelo que le ha llevado a Ammán, el Papa
ha saludado a los 70 periodistas que le acompañan en el avión (este es el viaje
que más solicitudes ha tenido por parte de la prensa después del de Benedicto
XVI a Turquía tras el malestar que desencadenaron en el mundo musulmán su
discurso de Ratisbona). "Buenos días, gracias por vuestra presencia. Por
vuestra ayuda, vuestro servicio, gracias... ", ha dicho, recordando que ya
en el viaje a Brasil bromeó con que los periodistas leones que no mordían.
"Éste será un viaje muy intenso y para vosotros especialmente, que debéis
mirar, escribir, pensar y tantas cosas. Os doy las gracias. En el vuelo de
regreso, aunque alguno de vosotros ha dicho que será 'masacrante', tengo
intención de dar una rueda de prensa y responder a vuestras preguntas".
Periplo de tres días
En el periplo, un maratoniano viaje de tres días,
visitará Belén, Tel Aviv y Jerusalén. La llegada de Bergoglio está cargada de
simbolismo por el aumento de tensión que vive la zona tras la ruptura del
proceso de paz árabe-israelí y por la ola de violencia que ha sufrido la
comunidad cristiana a manos de ultraordoxosos radicales en los meses previos a
su visita.
El avión de Alitalia (el A321 'Piazza Duomo-Lecce')
ha aterrizado a las 13h (12 hora peninsular española) en el aeropuerto 'Queen
Alia' de la capital jordana, donde ha sido recibido por miembros de la familia
real hachemí que entregaron al Papa flores y le condujeron al palacio Al
Huseini, donde le esperaban los reyes, Abdalá II y Rania, informa Efe.
Tras la recepción oficial, y un pequeño descanso, el
Pontífice oficiará misa en el estadio nacional de Ammán, como ya hicieran Juan
Pablo II y Benedicto XVI, ante miles de personas y dar su primera comunión a
1.400 niños. Allí celebrará una homilía y enviará su primer mensaje de paz y
confraternidad en la región, con especial atención a los menos favorecidos y
aquellos que sufren las consecuencias de la violencia, la desposesión y los
conflictos.
Antes de poner un pie en los santos lugares del
cristianismo, el Papa argentino ya realizó dos gestos importantes. El primero,
elegir un país árabe para iniciar su viaje y visitar Palestina antes que
Israel. El domingo 25 de mayo, el Pontífice se trasladará en helicóptero de
Amán a Belén, donde se encontrará con el presidente del Estado Palestino, Abu
Mazen. Además, Francisco acudirá al campo de refugiados de Dheisha, un gesto
que ha sido interpretado por los palestinos como un reconocimiento a la
situación que vive su pueblo.
Bergoglio se convierte así en el cuarto Papa en
pisar Tierra Santa tras Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. De hecho, el
motivo oficial de la visita es celebrar el 50º aniversario del encuentro entre
Pablo VI y el patriarca Atenágoras. Un abrazo histórico que Francisco repetirá
con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, en Jerusalén, su
última parada antes de su regreso. Allí se reunirá con el gran muftí, visitará
el Muro de las Lamentaciones y el memorial de Yad Vashem. También se encontrará
con el presidente israelí, Simon Peres, y con el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
A diferencia de Jordania y Palestina, en territorio
israelí no hay previsto ningún acto multitudinario, aunque el plato fuerte se
reserva para el final: la misa del Papa en el Cenáculo, la segunda en 500 años.
La soberanía del lugar donde se celebró la Última Cena ha desatado la ira de
los judíos ultraortodoxos, que han atacado templos y han iniciado una campaña
de vandalismo contra la comunidad cristiana. La tradición judía sitúa allí la
tumba de David, y los radicales consideran una "catastrofe" compartir
el templo con los católicos. La tensión política y religiosa está por tanto en
el itinerario. Quizá por eso Francisco, que va a 'papamóvil' descubierto, ha
pedido a los fieles que recen por él.
Por
IRENE HERNÁNDEZ VELASCO/El Mundo
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