JERUSALÉN (2 Julio 2014).- La ofensiva israelí "Margen protector" en
Gaza parece llegar a su fin tras la decisión del Gobierno de Israel de no
negociar un alto el fuego con el movimiento islamista palestino Hamás y
retirarse unilateralmente.
Mientras, el número de muertos en la franja creció
hoy hasta los 1.674 desde el comienzo de la intervención militar.
"No hay ninguna razón para hablar de un alto el
fuego con esta organización (Hamás), lo hemos intentado en seis ocasiones y no
ha salido nada", afirmó hoy el ministro israelí de Asuntos Estratégicos,
Yuval Steinintz, al confirmar que su país ha decidido poner fin a la ofensiva
sin llegar a un acuerdo con las milicias palestinas.
En una entrevista con el Canal 10 de la televisión
israelí, Steinitz reconoció que el gabinete para asuntos de seguridad analizó
el viernes el dilema de si Israel debía seguir adelante con la ofensiva hasta
derrotar a Hamás, negociar un alto el fuego a través de Egipto o adoptar una
política unilateral.
"No vamos también a premiarles con un
acuerdo", dijo hoy a Efe una fuente de la oficina del primer ministro al
descartar un posible pacto mediado por Egipto que pueda contemplar el
levantamiento del bloqueo israelí de siete años a la franja, un logro que Hamás
quiere presentar a su pueblo como contrapartida por el severo sufrimiento y
daños que ha causado esta guerra de veintiséis días.
En la jornada de hoy, otros al menos sesenta
palestinos han muerto en los bombardeos israelíes por tierra, mar y aire, dijo
Ashraf Al Qidra, portavoz del Ministerio de Sanidad en la franja.
Entre las últimas víctimas hay cuatro palestinos,
tres de ellos menores, que murieron en un ataque aéreo contra una casa en el
campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la franja, y otros tres en la
ciudad de Rafah (en la frontera con Egipto), asediada por el Ejército israelí
para buscar al soldado desaparecido el viernes en un ataque en el que murieron
otros dos militares.
Con los de hoy, se elevan a 1.674, dos tercios de
ellos civiles, los palestinos muertos desde que el pasado 8 de julio Israel
puso en marcha la operación "Margen protector", y los heridos son
casi 9.000, según el portavoz.
En Israel, los muertos superan los 60, la inmensa
mayoría militares que participaban en la operación terrestre.
El primer signo de la decisión israelí ha sido la
autorización hoy del Ejército para que miles de residentes de la ciudad de Beit
Lahia, en el norte de la franja, regresen a su casas.
Testigos palestinos aseguraron también que filas
enteras de tanques y blindados israelíes se replegaban de esa zona hacia la
frontera, información que ha sido confirmada por periodistas israelíes en la
zona.
"La cuenta atrás ha comenzado, no sabemos si
llevará horas o días, pero esto parece que ha terminado", coincidían en
señalar esta tarde varios corresponsales militares locales.
Según fuentes en la Oficina del Primer Ministro,
Israel completará próximamente la destrucción de una treintena de túneles que
cruzan de Gaza a Israel, y después aplicará una política de "calma por
calma".
Las fuentes explicaron que creen haber conseguido la
suficiente disuasión como para que Hamás cese las hostilidades, pero que si no
es así "seguiremos la operación, o nos iremos (de allí) y seguiremos
presionando mediante ataques aéreos".
Por ahora, según el Canal 10, la fuerte presencia
militar israelí sólo continúa en la ciudad de Rafah, donde el viernes
desapareció un soldado que Israel da por capturado, si bien Hamás sugiere que
puede estar muerto.
"Hemos perdido contacto con un grupo de
nuestros combatientes... cuando las fuerzas de ocupación israelíes penetraron en
el este de Rafah. Sospechamos que murieron por los ataques israelíes, incluido
el soldado, que, supuestamente, fue capturado por el grupo", se indica en
un comunicado del brazo armado de Hamás, los "Brigadas es de Azedín Al
Kasem".
En cuanto a la decisión israelí de no acudir a las
negociaciones de El Cairo para un alto el fuego, que debían comenzar mañana, el
portavoz del movimiento islamista Sami Avbu Zuhri aseguró que sus hombres no se
verán comprometidos a mantener la calma.
"Los militantes de Hamás en el terreno
decidirán cómo responder a esa decisión. No nos veremos comprometidos en
nada", dijo en declaraciones que recoge la agencia palestina Maan.
Y apuntó que "la ocupación (como Hamás se
refiere a "Israel") debe elegir qué precio quiere pagar: el precio de
quedarse en Gaza, el precio de retirarse, o el precio de la negociación",
agregó.
Por su parte, Mushir Al Masri, otro de sus
portavoces, afirmó que su delegación "viaja a El Cairo desde una posición
de fuerza" y que es Israel la que "ahora trata de cambiar la ecuación
y negociar mientras sigue disparando".
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