MADRID (16 Septiembre 2014).- Los equipos de fútbol
deben a Hacienda 564 millones y no 482 como informó la Liga Profesional de
Fútbol (LPF), un 17% más, unos 82 millones. La reducción del último año de la
deuda ha sido de 99 millones y no de 165 como insiste la Liga, que ha acusado a
la Agencia Tributaria de pretender liquidar a los clubs.
Aunque se ha reducido levemente, la deuda de los
clubes de fútbol con Hacienda es superior a la facilitada por la Liga
Profesional de Fútbol (LPF). Quizá para magnificar el esfuerzo de los clubes o
para restar importancia al inmenso agujero, según la LPF, que preside Javier
Tebas, la deuda con la Agencia Tributaria alcanzaba en junio los 482 millones
de euros, 165 millones menos que la temporada anterior, que acabó con un endeudamiento
de 647 millones. Por ello, la LPF destacó que se había producido una reducción
de 165 millones en un año, un 25% menos.
Sin embargo, según fuentes de la Administración, que
se han sorprendido de estos datos de la Liga, la deuda real a esa fecha es de
564 millones. Es decir, 82 millones más. Y la reducción en el año es de sólo 99
millones, ya que la información de la LPF_de la temporada anterior tampoco es
exacta. Se situó en 667 millones excluyendo los equipos del País Vasco y
Navarra, que controlan las haciendas forales.
Incumplimento
de los aplazamientos
Por tanto, la reducción en el último año ha sido del
15% y con muchas dificultades para poder cobrar por parte de Hacienda porque en
algunos casos se están incumpliendo los aplazamientos concertados o los
fraccionamientos de pagos. También se están incumpliendo acuerdos suscritos de
concursos de acreedores que facilitan moras o quitas para garantizar la
continuidad de la entidad.
Para poder cobrar, como sucede con cualquier empresa
o ciudadano afectados también por la crisis, los servicios de Hacienda están
vigilando y embargan cualquier pago relevante que obtengan estos clubes,
incluso posibles taquillas, derechos televisivos y publicidad. Estas fuentes
señalan que fruto de estas actuaciones, y no tanto por el autocontrol de los
clubes o de la propia LPF, se ha conseguido reducir una deuda que, por ejemplo,
en enero de 2012 alcanzaba los 752 millones. Se trata de una cifra similar al
presupuesto que el Gobierno destina para subvencionar la promoción, acceso y
rehabilitación de viviendas en España.
La mayor parte de esta inmensa bola de nieve se ha
generado a partir de 2007 con la crisis. Es consecuencia de la «laxitud» de la
Administración anterior en perseguir ésta práctica, quizá para evitar el
desgaste político entre las aficiones y también en la concesión de
aplazamientos. La deuda, que se ha ido configurando con las retenciones por
IRPF practicadas por los clubes en las nóminas de sus futbolistas y empleados
que no han ido ingresando en Hacienda, les ha servido para financiar fichajes
millonarios, comisiones o grandes sueldos.
El problema ha surgido ahora cuando muchos clubes se
han sorprendido, meses después de su entrada en vigor en enero pasado para
todas las empresas del país, del desarrollo de la ley 7/2012 de lucha contra el
fraude en materia de aplazamientos y fraccionamiento de las retenciones. Esta
norma, que fue seguida por una instrucción de la dirección de Recaudación de la
Agencia Tributaria, considera inaplazables las retenciones por rentas de
trabajo porque en muchos casos se estaban demandando con fines
defraudatorios._Es decir, había entidades que financiaban los acuerdos pasados
de aplazamientos con el no ingreso de las retenciones del ejercicio.
En
manos de la Delegación Central
Por tanto, desde 2014 Hacienda no admite estos
aplazamientos para todas las empresas, circunstancia que ha aprovechado ahora
la LPF para acusa a la Agencia de querer liquidar a los clubes aplicando normas
de recaudación que sus predecesores no interpretaban así.
La Agencia ha reafirmado en un comunicado que trata
a todos los contribuyentes por igual y que los clubes de fútbol deben cumplir
con sus obligaciones tributarias. Por ello, si en 2004 el Gobierno anterior
regionalizó la gestión de la deuda de los club, el actual ha centralizado la
gestión recaudatoria. Así, de esta deuda se encarga ahora la Delegación Central
de Contribuyentes, en Madrid, que garantiza «un tratamiento unitario y
coherente». Esta Delegación es la encargada de controlar a las grandes fortunas
y patrimonios, así como a las empresas que facturan por encima de los 300
millones. De aquí se desprende el interés de Hacienda en cobrar a los clubes
como a los demás ciudadanos. A finales de agosto, es decir, en el comienzo de
la liga actual, la deuda ha vuelto a descender algo más y se ha situado ya en
542 millones, lejos todavía de la cifra proporcionada por la LPF.
En estas fuentes se desmiente además que Hacienda
haya tenido que ver con el descenso de categoría del Murcia, un club presidido
por un antiguo dirigente de la Liga. La decisión ha sido de la LPF. El caso es
que esta actuación podría interpretarse de «discrecional» ya que no tiene nada
que ver con la negativa de la Agencia en facilitarle un certificado de estar al
corriente de su deuda, porque no lo estaba. La Liga aplicó sus propios
criterios para este descenso porque Sporting de Gijón, Recreativo de Huelva,
Rácing de Santander, Getafe, Zaragoza y Español «también tenían la misma
dificultad para obtener este certificado».
Por
FRANCISCO NÚÑEZ/El Mundo
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