El asesinato de Anwar el-Sadat

SANTO DOMINGO, República Dominicana (6 Octubre 2014).- El 6 de octubre de 1981, el asesinato del presidente Anwar el-Sadat por parte de la Yihad egipcia en el transcurso de un desfile militar en El Cairo fue el primer caso de magnicidio ejecutado por radicales islamistas. Los responsables del asesinato fueron inmediatamente detenidos: los hermanos Tarek y Abud Al Zomor, pertenecientes al movimiento integrista Al Yihad, y condenados a cadena perpetua. El principal acusado, Jaled Eslambuli, fue condenado a muerte.

La muerte de Sadat provocó una gran conmoción en la política internacional no sólo por el hecho en sí, sino también por la infiltración de la corriente de los Hermanos Musulmanes en unas Fuerzas Armadas consideradas tradicionalmente como las más poderosas del mundo árabe. Los fundamentalistas se sentían traicionados por su presidente, puesto que no podían aceptar que Sadat hubiera firmado la paz con Israel, país que consideraban representación máxima junto del Mal en la Tierra, junto con su gran valedor, Estados Unidos.

Jefe militar y presidente de Egipto desde 1970, destacado primero por su beligerancia y nacionalismo y después por su labor en favor de la paz en el Oriente Próximo, Sadat había dado un paso muy importante en la solución del conflicto que desangraba a esa parte del mundo al convertirse en el primer dirigente árabe en reconocer al Estado de Israel.

Anwar el-Sadat, nacido el día de Navidad de 1918, en el pueblo de Mit Abul Qawn, en el delta del Nilo, se unió a Gamal Abdel Nasser en la conspiración contra la monarquía egipcia bajo el dominio británico, para lo que llegó a mantener contacto con los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Tomó parte en el golpe de Estado de 1952 que derrocó al rey Faruk I y condujo al poder a Nasser. Ocupó diversos cargos en el nuevo régimen, hasta ser nombrado presidente de la Asamblea Nacional (1960-1969) y vicepresidente de la República (1969-1970).


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Tras la muerte de Nasser (1970), Sadat fue elegido presidente de la República y rápidamente consolidó su posición. Tras la humillante derrota egipcia ante Israel en la Guerra de los Seis Días (1967), Sadat reconstruyó el poderío militar de Egipto y en octubre de 1973 inició la llamada Guerra del Yom Kippur. Aunque no logró vencer en el campo de batalla, Sadat convirtió la guerra en una victoria moral. Recuperó de los israelíes el canal de Suez y estableció estrechas relaciones con Estados Unidos, al tiempo que iniciaba la ruptura con la Unión Soviética; estableció un programa de liberalización económica para atraer industrias y capital occidental, y cortó de raíz cualquier muestra de oposición a su política, en especial entre los grupos fundamentalistas musulmanes.

En 1977, ansioso por reducir los elevados impuestos originados por las cuatro guerras con Israel y por mejorar la situación de endeudamiento de su país, Sadat se arriesgó a la crítica de los restantes estados árabes y viajó a Jerusalén, donde se comprometió a reconocer a Israel bajo ciertas condiciones. Su iniciativa condujo a un segundo encuentro en 1978 con el primer ministro israelí Menajem Beguin, celebrado en Camp David (Maryland, Estados Unidos), bajo el patrocinio del presidente estadounidense Jimmy Carter, y en marzo de 1979 firmó en Washington un tratado de paz entre Israel y Egipto; por este hecho había recibido, junto con Begin, el Premio Nobel de la Paz en 1978.

El presidente egipcio Anuar el Sadat, de 62 años,por la tarde a consecuencia de un atentado perpetrado horas antes por seis soldados durante un desfile militar. Sadat, jefe del Estado desde 1970, falleció en el hospital Maadi, de El Cairo, mientras los cirujanos intentaban salvar su vida. El atentado se produjo en el estadio de Medinet Nasr, en un barrio de la periferia de la capital egipcia, atestado por una multitud de unas cien mil personas, donde el presidente asistía al tradicional desfile militar conmemorativo de la guerra de octubre de 1973 contra Israel.

En el ataque perecieron otras cinco personas. Otras 38 resultaron heridas. Los tres egipcios muertos son el general Hassam Allan, el jefe de] organismo central de la iglesia copta y uno de los obispos de esta religión. Las fuentes oficiales egipcias no han dado a conocer la identidad de los dos muertos no egipcios, ni tampoco la de los heridos. Se sabe, sin embargo, que entre estos últimos figura el embajador belga en El Cairo, Claude Nuelle; el ministro irlandés de Defensa, Jim Tully, tres oficiales norteamericanos y -según el diario cairota Al Ahram-, un diplomático cubano.El anuncio oficial de la muerte se hizo en la capital egipcia varias horas después del atentado y cuando numerosas agencias informativas extranjeras y emisoras de televisión, sobre todo norteamericanas, daban ya al rais corno fallecido. Radio y televisión egipcias comenzaron a partir de las cuatro y media de la tarde a difundir versículos del Corán.

El vicepresidente Hosni Mubarak anunció que en 60 días se celebrarán elecciones generales, para designar al nuevo presidente de la República Egipcia.

Sadat presenciaba el desfile de jeeps armados de misiles anticarros, que pasaban ante la tribuna, cuando algunos soldados de sus dotaciones abrieron fuego contra él. Según otras versiones, un camión militar se separó de la formación y de él saltaron seis soldados, que lanzaron granadas de mano contra el estrado y comenzaron a disparar sus armas automáticas.

Según el testimonio del embajador español en El Cairo, Alberto López Herce, Sadat y el vícepresidente de la República cayeron al suelo herídos, junto con el ministro de Defensa, que fue alcanzado por varios disparos. Este se levantó con la cabeza ensangrentada y comenzó a dar órdenes. López Herce pudo ver a varios de sus colegas gravemente heridos, entre ellos los de Austria, Bélgica, Colombia y Cuba.
En el enfrentamiento que se produjo inmediatamente después entre la guardia personal de Sadat y los seis agresores, tres de éstos murieron y los restantes fueron arrestados. En El Cairo no se ha revelado la identidad de los atacantes, pero varias agencias internacionales de noticias con sede en Beirut han recibido llamadas anónimas en las que la Organización Independiente para la Liberación de Egipto, un grupo desconocido hasta ahora, reclama la responsabilidad del magnicidio.

Escenas de histeria colectiva siguieron al tiroteó. Numerosas personas, entre ellas niños, fueron pisoteadas y aplastadas por miles de civiles y militares que huían a la desbandada del escenario. de la agresión. Un camión de 30 toneladas, que transportaba un cohete antiaéreo, aplastó a un joven en una brusca maniobra de marcha atrás. Se desconoce con precisión el número total de víctimas del atentado, ya que unas lo han sido por bala o fragmentos de granada y otras en el movimiento de pánico desatado a continuación.

Sadat fue trasladado inmediatamente al hospital militar Maadi, donde según fuentes médicas falleció a la una y media de la tarde, hora de Madrid. El anuncio oficial no se hizo hasta casi tres horas después. En este ínterin se desató la especulación mundial sobre la suerte del presidente. Ya a las dos y media de la tarde, el corresponsal de la cadena televisiva norteamericana NBC, citando al jefe de los servicios de seguridad egipcios, anunciaba la muerte del rais.

Radio Israel dijo que el jefe del grupo que se hizo responsable del atentado (Organización Independiente para la Liberación de Egipto) es Adin Chazli, general egipcio dado de baja por Sadat.



Fuente EL PAÍS.ES

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