MADRID (10 Octubre 2014).- Se cumplen 10 años de la muerte de Christopher
Reeve. El 10 de octubre de 2004, después de varios años postrado en una silla
de ruedas tras sufrir un falta accidente cuando montaba a caballo, falleció el
actor que mejor encarnó a Superman.
Y es que ni sus antecesores Kirk Alyn y George
Reeves, ni tampoco los televisivos Dean Cain (Lois & Clark) y Tom Welling
(Smallville), ni el decepcionante Brandon Routh (Superman Returns) se acercaron
al icono en el que, enfundado en su traje azul y sus botas y calzón rojo, Reeve
se convirtió en la gran pantalla. Y tampoco el taquillero Henry Cavill (Man of
Steel), que repetirá en Batman v Superman, ha conseguido -hasta el momento-
hacer sombra al Clark Kent que encarnó Reeve en las cuatro entregas de la saga.
El actor estadounidense dio vida al superhéroe de DC
Comics por primera vez en la película que en 1978 dirigió Richard Donner. Un
personaje que volvió a interpretar en 'Superman II' (Richard Lester, 1980),
'Superman III' (Richard Lester, 1983 y 'Superman IV' (Sidney J. Furie, 1987).
Pocos años antes de pasar a la historia del cine
como Clark Kent, Reeve -nacido en septiembre de 1952 en Nueva York- el actor
alcanzó cierta fama como personaje habitual del serial de la CBS Love of Life.
Tras probar suerte en Broadway, donde debutó en la obra A Matter of Gravity
junto a Katharine Hepburn, un par de papeles secundarios en televisión y su
primer incursión el cine, en Alerta roja: Neptuno hundido, le llegó su gran
oportunidad: El Superman de Donner.
Salvado
por Supermán
Reeves, que antes de este proyecto había incluso
barajado la posibilidad de cambiar de profesión al ver que su carrera no
acababa de despegar, se convirtió de la noche a la mañana en uno de los rostros
más conocidos del planeta. Con 300 millones de dólares en la taquilla de aquel
entonces, la cinta se convirtió en el primer gran éxito del cine de
superhéroes.
La saga continuó, sin llegar nunca al nivel de su
primera entrega, y entre las diferentes películas de Superman, y para demostrar
que sabía hacer algo más que volar enfundado en sus mallas azules, protagonizó
diferentes y muy variopintos proyectosEl drama con tintes sobrenaturales En
algún lugar del tiempo (1980), la cinta de índole religiosa ambientada en la
Segunda Guerra Mundial Monseñor (1980), el drama de época Las bostonianas
(1984) o el thriller con tintes cómicos La trampa de la muerte (1981) junto a
Michael Caine, la cinta de aventuras El aviador (1985), fueron algunos de los
títulos más destacados que intercaló con la franquicia de Superman.
Tras la última entrega de la saga que protagonizó,
en 1987, Reeve siguió acumulando proyectos, pero ninguno con un impacto
siquiera comparable a su encarnación de Kal-El, una sombra que siempre le
perseguía. Sus trabajos en cintas como Interferencias (1988) ¡Qué ruina de
función! (1992) o Lo que queda del día (1993) pasaron prácticamente
desapercibidos.
Trágico
accidente
El remake de El pueblo de los malditos de John
Carpenter fue la última película que protagonizó antes de que el 27 de mayo de
1995 sufriera una grave caída cuando participaba en una competición hípica en
Virginia. Reeve se fracturó las dos primeras vértebras cervicales y su cuerpo
quedó casi paralizado por completo.
Desde ese momento Reeve, muy volcado ya con
anterioridad a su accidente con causas benéficas, se convirtió en el abanderado
y la voz de los discapacitados participando en numerosos actos y conferencias.
Creo una fundación junto a su mujer, Dana Reeve, para canalizar acciones en
favor de la investigación médica y las personas parapléjicas o tetrapléjicas.
Dos años después del fatal accidente, hizo su debut
como director con el telefilme Al caer la noche, un drama centrado en un
enfermo terminal de SIDA que contaba en su reparto con Glenn Close, Bridget
Fonda y Whoopi Goldberg. Un año después protagonizó el remake de La ventana
indiscreta para televisión, un trabajo por el que consiguió su única nominación
a los Globos de Oro.
A modo de
homenaje, apareció como doctor en un par de capítulos de la seria Smallville en
2003 y también tuvo un pequeño papel en la serie El abogado. Pero su estado de
salud era cada vez más precario y finalmente, tras sufrir un infarto, falleció
el 10 de octubre a los 52 años de edad.
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