BOGOTÁ (12 Noviembre 2014).- El impacto que generó la nueva imagen de la actriz
británica Reneé Zellweger, protagonista del Diario de Bridget Jones, todavía da
de qué hablar. Según la revista US Weekly, esta mujer de 45 años podría perder
su protagónico papel en un nuevo capítulo de esta saga que la lanzó a la fama
mundial, y por ahí derecho, 25 millones de dólares que le pagarían por el
papel, pues los productores no están contentos con su nueva apariencia
Según ella, no se ha hecho mayor cosa o algo
distinto a llevar una vida sana y feliz. Sin embargo, se ve diferente. “Hay un
cambio evidente en los pómulos, son más prominentes, y su cara ahora es más
angulosa. Se parece mucho a lo que es ella, pero se nota distinta.
Un cirujano
plástico debe realizar procedimientos que armonicen el rostro o la figura,
ojalá sin que se evidencien, sin que el cambio sea tan notorio, y que
contribuya a mejorar la apariencia y la calidad de vida. Sin embargo, siempre
hay que tener en cuenta lo que quiere el paciente, y habría que entender qué
quería ella”, comenta Lina María Triana Lloreda, presidenta de la Sociedad
Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.
¿Todavía
es frecuente que lleguen pacientes al consultorio del cirujano con fotos de
modelos o actores para que los dejen iguales?
Sí, y esto no solo pasa en Colombia, pasa en todas
partes del mundo.
¿Ha
cambiado la estética de la mujer colombiana?
No somos muy diferentes a lo que sucede en el resto
del mundo, pero sí ha habido un cambio importante en este siglo. En los años 80
y 90, la tendencia era lucir como los protagonistas de Guardianes de la bahía:
mujeres con senos gigantes; eso era lo que pedían las pacientes a nivel
mundial. Hoy, la tendencia es a armonizar, a corregir lo que molesta, pero sin
que se note tanto el procedimiento.
¿Cómo
está el país en el campo de la cirugía plástica?
Tenemos muy buenos profesionales. En cirugía
reconstructiva, por ejemplo, hacemos muy buen trabajo con los quemados; tenemos
el banco de piel y de piel sintética.
También, con los procedimientos con
colgajos libres, que son de mayor complejidad.
En cirugía plástica somos
fuertes en reconstrucción de labio y paladar hendido; en senos, en trauma
facial; en lesiones de mano por traumas por máquinas en fábricas, por ejemplo,
o de piernas por accidentes de tránsito. Incluso tenemos técnicas que han
nacido en Colombia, como el manejo de poleas en cirugía de mano, para poder
cerrarla y abrirla cuando se dañan los tendones, o las cirugías con colgajos.
¿Somos
uno de los países donde más cirugías plásticas se hacen?
Vamos creciendo en las estadísticas mundiales: hace
cuatro años ocupábamos el 11.º puesto y hoy estamos en el 6.º en volumen de
procedimientos estéticos quirúrgicos y no quirúrgicos. EE. UU., Brasil, España,
Italia y México están por encima nuestro. Además, Colombia ocupa el tercer
puesto en número de cirujanos plásticos calificados por habitante.
¿Y
cuáles son los procedimientos más frecuentes?
En todo el mundo, el número uno es el aumento de
senos y el segundo, la liposucción. En Colombia es al contrario, primero la
lipo y luego el aumento de senos.
¿Siguen
las adolescentes pidiendo de regalo de 15 años un aumento de senos?
La educación y los medios han ayudado para que esto
disminuya, pero todavía se ven casos.
¿Y
cuál es la edad ideal para hacerse esta cirugía?
La paciente debe ser mayor de edad, y todo depende
de cómo se sienta esa persona.
De pronto es alguien joven que quiere operarse
los senos para lucir un escote que antes no podía: o una mamá que ya tuvo sus
hijos y no quiere ver sus senos caídos, o una señora mayor que quiere volver a
verse bien, que de pronto tiene una nueva pareja. Lo más importante es que sea
un paciente sano y tenga la madurez física y psicológica para hacerlo.
¿Sigue
creciendo el número de hombres que se acuden a cirugías plásticas estéticas?
Hoy es una tendencia, y ya no se les critica por
ello. Podría hablarse de un 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres,
según la práctica de cada especialista: si realiza más cirugías plásticas de
senos, o lipos o procedimientos en cara.
¿Y
qué es lo que más se hacen?
En las estadísticas mundiales, el primer lugar es
para la ginecomastia (disminuir el tamaño de los senos), luego la rinoplastia
(nariz), pero en Colombia, la liposucción es lo más solicitado por los hombres,
así como los procedimientos para moldear el cuerpo (la chocolatina, por
ejemplo). Después está lo que tiene que ver con la cara: rinoplastia, cirugía
de párpados, microtrasplantes de pelo. También es frecuente ponerse glúteos, y
no solo la piden los gay.
¿Cómo
está respondiendo el sistema de salud a todas estas demandas y avances en
cirugía plástica?
Normalmente cubre todo en los casos de accidentes
que implican cirugías reconstructivas, de niños que nacen con enfermedades que
lo requieran como el labio y el paladar hendido; también, en casos de accidente
laborales, e inclusive en los de obesidad. Hay buena cobertura, aunque a veces
hay que recurrir a la tutela.
Hace
poco dio una charla sobre mitos y verdades del antienvejecimiento facial, ¿sí
se puede evitar?
Definitivamente, al envejecimiento nada lo para, es
un proceso normal, pero sí es posible hacer algunas cosas para mantener una
mejor calidad de piel y no se envejezca tan rápido. Es un hecho: a medida que
envejecemos van disminuyendo el colágeno y el ácido hialurónico permitiendo la
formación de las arrugas, que también se van creando por la gesticulación
cuando hablamos, parpadeamos o nos reímos. Hay procedimientos y productos que
funcionan para demorar la aparición de las líneas de expresión, por ejemplo
algunos tipos de láser y el plasma, que ayudan a la formación de colágeno; o la
toxina botulínica, que permite que hagamos menos fuerza mímica facial y la piel
se arrugue menos. Todo esto hace que la piel envejezca menos, no que
rejuvenezca.
Usted es especialista en cirugía plástica vaginal,
qué es exactamente esto, pues se tiene la idea de que es volver ‘virgen’ a la
mujer.
Colombia es pionero a nivel mundial, tanto en
técnicas como en promoción en este tema. La cirugía vaginal tiene que ver con
toda la zona: los labios menores, mayores, el clítoris, la vagina por dentro.
Hay mujeres a las que hay que cortarles los labios menores porque se pellizcan
cuando usan ropa apretada, o porque les aparecen úlceras por los lados. Hay
otras que tienen los labios mayores muy gordos y se les nota con la ropa
ajustada. A veces hay que reducir el capuchón del clítoris porque no permite el
aseo adecuado de esa zona. Y claro que están las pacientes que dicen que, luego
de haber tenido bebés, ya no sienten el mismo placer en las relaciones sexuales
y ahí se puede estrechar la vagina para buscar más fricción y gratificación con
la pareja.
NATALIA
DÍAZ BROCHET
Editora de EL TIEMPO
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NATALIA DÍAZ BROCHET
Editora de EL TIEMPO
Editora de EL TIEMPO
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