LA HABANA, Cuba (23 Enero 2015).- Tras más de medio
siglo de estancamiento, Cuba y Estados Unidos sostuvieron este jueves en La
Habana la reunión de más alto nivel en décadas para abrir el camino del
restablecimiento de nexos diplomáticos y la apertura de embajadas, entre otros
temas de interés bilateral.
La delegación norteamericana que participó en los
diálogos en el Palacio de Convenciones de la capital estuvo encabezada por la
secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental,
Roberta Jacobson, la funcionaria de más alto rango que visita nuestro país
desde finales de la década del 70 del siglo pasado. Entretanto, la parte cubana
estuvo representada por la directora general de Estados Unidos del Ministerio
de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal Ferreiro.
Ambas partes coincidieron en que las conversaciones
se dieron en un ambiente distendido. Vidal calificó el encuentro de
“provechoso” y añadió que se produjo en un clima profesional y constructivo.
Jacobson, por su parte, dijo que fue “productivo y positivo”.
“Discutimos en términos reales y concretos los pasos
requeridos para el restablecimiento de relaciones y la apertura de embajadas en
nuestros respectivos países, así como las expectativas respecto a cómo
funcionará la Embajada de los Estados Unidos en La Habana”, dijo Jacobson.
La representante norteamericana informó que las
embajadas se abrirán en el momento oportuno y que aún no podía precisar fechas,
aunque “se está trabajando de forma rápida”.
La parte cubana enfatizó que los futuros nexos y las
misiones diplomáticas deben basarse en los principios del derecho internacional
refrendados en la Carta de las Naciones Unidas y las Convenciones de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares.
La delegación norteamericana que participó en los
diálogos en el Palacio de Convenciones de la capital estuvo encabezada por la
secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental,
Roberta Jacobson. Foto: Juvenal Balán
Jacobson confirmó que ambos lados fueron muy claros
en que esas normas guiarán el restablecimiento de las relaciones, de la misma
manera que ocurre entre otros países.
Vidal explicó que hay una serie de pasos prácticos
que se deben dar en uno y otro lado para enfrentar este proceso.
Habrá que terminar el acuerdo que estableció las
oficinas de intereses que están bajo la protección de un gobierno extranjero,
también notificar al gobierno de Suiza que es el que ha representado y
representa hoy a EE.UU. en nuestras oficinas en Washington, por solo mencionar
un ejemplo.
Josefina añadió que en el intercambio expresamos que
resultaría difícil explicar que se han reanudado relaciones diplomáticas entre
Cuba y Estados Unidos, mientras nuestro país continúe injustamente en la lista
de estados patrocinadores del terrorismo internacional. De la misma manera, la
diplomática cubana detalló que para la apertura de embajadas será necesario que
se resuelva la situación bancaria de la Sección de Intereses de Cuba en
Washington, que lleva cerca de un año sin estos servicios.
La parte cubana estuvo representada por la directora
general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina
Vidal Ferreiro. Foto: Juvenal Balán
Vidal se mostró convencida de que Cuba y Estados
Unidos pueden establecer relaciones bilaterales civilizadas.
Las dos representantes detallaron que serán
necesarios nuevos encuentros para seguir puntualizando los aspectos formales
del proceso, pero no fijaron una fecha específica para una nueva reunión.
La
normalización, un proceso largo y extenso
Si bien ambos países, que han carecido de lazos
formales desde 1961, emprendieron la marcha para cambiar esa realidad, eso no
quiere decir que estén a las puertas de una plena normalización.
La normalización es un proceso extenso que va más
allá del establecimiento de nexos diplomáticos y la apertura de embajadas, dijo
Jacobson.
“En el camino hacia la normalización se continuarán
discutiendo temas más complejos que reflejan las profundas diferencias que
existen entre ambos países”, añadió.
“Este será un proceso largo y complejo que requerirá
el trabajo de ambas partes, en el que deberán resolverse temas pendientes de la
agenda bilateral”, precisó por su parte la jefa de la delegación cubana.
Afirmó que para nuestro país, el levantamiento del
bloqueo es esencial para normalizar las relaciones, entre otros temas
pendientes.
Sin embargo, Vidal reiteró la disposición del
Gobierno cubano de continuar sosteniendo con el gobierno de EE.UU. un diálogo
respetuoso, basado en la igualdad soberana y en la reciprocidad, “sin menoscabo
a la independencia nacional y a la autodeterminación de nuestro pueblo”.
Para Cuba esto significa el respeto al sistema
político, económico y social de ambos estados y evitar cualquier forma de
injerencia en los asuntos internos o amenaza a los elementos políticos,
económicos y culturales de ambos países, puntualizó Vidal.
Nadie puede pretender que para mejorar las
relaciones Cuba tenga que renunciar a sus principios, enfatizó.
La jefa de la delegación local también reconoció la
disposición del Presidente de EE.UU. a sostener un debate serio y honesto con
el Congreso para lograr el fin de esa política impuesta hace más de medio siglo
contra Cuba.
Por su parte, Jacobson explicó los retos que
conlleva materializar la decisión anunciada por los presidentes Barack Obama y
Raúl Castro de buscar superar una relación que por más de 50 años no ha estado
basada en la confianza.
En ese sentido, dijo que las nuevas regulaciones
anunciadas por el Departamento de Tesorería y de Comercio la semana pasada
demuestran la amplitud y profundidad con que los Estados Unidos ya ha puesto en
práctica el compromiso del Presidente a una nueva dirección de la política de
los Estados Unidos hacia Cuba.
Vidal, entretanto, ratificó el compromiso de Cuba
con el mejoramiento del clima bilateral y la voluntad de seguir avanzando para
normalizar las relaciones bilaterales.
Añadió que, como vecinos cercanos, Cuba y Estados
Unidos deben identificar áreas de interés común en las que puedan desarrollar
la cooperación en beneficio de ambos países, la región y el mundo.
En respuesta a la interrogante sobre el tema de los
derechos humanos, esclareció que, sobre este asunto, no se debatió en la
reunión de la mañana y explicó que en la tarde, habría otra sesión de trabajo
para revisar otros aspectos bilaterales y de colaboración entre ambos
países.
Los dos
países tienen profundas diferencias y concepciones distintas sobre diversos
temas, pero pueden convivir de manera civilizada y pacífica, reconociendo y
respetando estas diferencias, explicó.
Nuevas
posibilidades de cooperación
Durante la jornada de este jueves en la tarde las
partes sostuvieron un encuentro sobre temas de interés mutuo y de cooperación.
Cuba reiteró la propuesta que había hecho hace un
año al gobierno de Estados Unidos de sostener un diálogo respetuoso y sobre
bases de reciprocidad, para abordar nuestras posiciones sobre derechos humanos
y democracia, a partir de que Cuba tiene preocupaciones sobre el ejercicio de
los derechos humanos en Estados Unidos. Y, al mismo tiempo, Cuba considera que
tenemos experiencias interesantes que mostrar y compartir en lo que se refiere
al disfrute de los derechos humanos, no solo en nuestro país, sino la
contribución que hemos hecho también, muy modestamente, para la mejoría de los
derechos humanos en otros países del mundo y de las condiciones de vida de
muchos pueblos del mundo, señaló Josefina Vidal.
Expresó además, en rueda de prensa, que las
delegaciones pasaron revista al estado de la cooperación en varios temas, como
la seguridad aérea y de la aviación, y respuesta a derrames de hidrocarburos.
También identificaron otras áreas en las que existen
potencialidades para establecer o ampliar la cooperación bilateral, como el
enfrentamiento al narcotráfico, al terrorismo y a las epidemias, refirió.
“Sobre esto último, la parte cubana propuso sostener
un encuentro para definir las modalidades de cooperación con vistas a enfrentar
de manera efectiva y eficaz el virus del Ébola”.
La delegación de Cuba reiteró la disposición de
nuestras autoridades a desarrollar intercambios con sus contrapartes
estadounidenses sobre monitoreo sísmico, áreas marinas protegidas e
hidrografía, así como a participar en investigaciones conjuntas sobre especies
marinas.
Además, propuso establecer colaboración científica
en un grupo de áreas como la protección del medio ambiente, la mitigación de
los efectos del cambio climático y la prevención de desastres naturales.
Trasladaron la disposición a discutir la
delimitación de la Dona Oriental en el Golfo de México y se interesaron por los
próximos pasos para la implementación de un Plan Piloto para establecer el
servicio de correo postal entre los dos
países.
En relación con las telecomunicaciones, Vidal
aseguró que quedó establecido que Cuba está dispuesta a recibir a compañías de
telecomunicaciones de Estados Unidos, para explorar posibilidades de negocios
en esa esfera que sean beneficiosas para ambas partes.
Por otro lado, mediante un comunicado por escrito
divulgado para la prensa, la secretaria asistente de Estado para los Asuntos
del Hemisferio Occidental expresó la
disposición de su país para continuar el diálogo bilateral sobre temas
importantes, incluyendo aquellos en los que se mantienen diferencias
significativas.
El texto afirma también que la sesión se caracterizó
por el establecimiento de un diálogo
constructivo y alentador.
En este sentido, otra de las interrogantes que
respondió la jefa de la delegación cubana estuvo referida al impacto de las
medidas y regulaciones anunciadas por el gobierno estadounidense.
Vidal dijo que la delegación de EE.UU. ofreció
información general sobre las medidas que se conocen y las regulaciones
publicadas el pasado 16 de enero que explican cómo se va a aplicar lo
estipulado.
“Las medidas marchan en una dirección positiva en
tanto modifican algunos aspectos del bloqueo a Cuba”, dijo.
“Cuba espera que el presidente de Estados Unidos, en
uso de sus prerrogativas ejecutivas, continúe modificando aspectos adicionales
del bloqueo de manera significativa de modo que pueda vaciar bastante de
contenido esa política que permanece”.
Agregó que continúan estudiando esas regulaciones,
que son complejas y se necesita la asesoría de abogados para tener comprensión
de su magnitud y alcance.
Ante una pregunta de la agencia estadounidense AP,
Josefina Vidal se refirió a un acápite específico del comunicado emitido por la
delegación estadounidense, el cual asegura: “Como elemento central de nuestra
política, presionamos al gobierno cubano para que mejore las condiciones de los
derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión”.
“Le confirmo que la palabra presión no se usó en el
encuentro. No es una palabra que se usa en este tipo de conversaciones”,
precisó Vidal.
“Cuba ha demostrado a lo largo de su historia que
nunca ha respondido ni responderá a presiones de ninguna parte que provengan”,
aseguró.
Aclaró que sostuvieron un intercambio en el que cada
parte afirmó las visiones y concepciones que tiene sobre el tema del ejercicio
de los derechos humanos. Cuba ratificó su propuesta de tener un diálogo
específico en una fecha por determinar para sostener un diálogo respetuoso,
sobre bases recíprocas, que aborde nuestras posiciones respecto a los derechos
humanos y democracia, dijo.
Cuba tiene preocupaciones sobre el ejercicio de los
derechos humanos en EE.UU., y al mismo tiempo Cuba considera que tenemos
experiencias interesantes que mostrar y compartir en lo que se refiere al
disfrute de los derechos humanos no solo en nuestro país, sino la contribución
modesta que hemos hecho para la mejoría de los derechos humanos en otras partes
del mundo, añadió.
Vidal respondió también una pregunta relacionada con
la necesidad de superar más de 50 años de desconfianza y si la delegación
cubana confiaba hoy más en su contraparte que hace dos días.
“En lo que confío es en un futuro mejor para
nuestros países. Somos países vecinos, tenemos profundas diferencias, pero
hemos visto cómo en el mundo países con
profundas diferencias pueden convivir pacíficamente, civilizadamente, en
función de encontrar solución a problemas comunes, y contribuir con ello a un
mayor bienestar para el resto del mundo”, respondió.
“Confío en que independientemente de las diferencias
que existen entre Cuba y EE.UU. —que existen y se van a mantener porque tenemos convicciones muy
firmes, ambos, por razones históricas, culturales, etc.— podemos encontrar un
modus vivendis, una convivencia pacífica para discutir nuestras diferencias con
respeto y para avanzar en la cooperación en temas de interés común”.
Precisó que no contaba con un aparato para medir los
niveles de confianza, pero ambos gobiernos llevan un tiempo intercambiando
sobre posibilidades de trabajo conjunto en determinadas esferas.
Lo que han permitido estas reuniones, concluyó, es
confirmar que tenemos interés en seguir trabajando en esas áreas y a su vez
ampliar nuestra colaboración para beneficio mutuo. “Creo que eso es un buen
comienzo”.
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