Casi un lustro después de lograr su último título en
hierba, al imponerse a Tomas Berdych en la final de Wimbledon 2010, Rafael
Nadal levantó en Stuttgart una nueva copa. Se impuso a Victor Troicki por 7-6
(3) y 6-3, en una hora y 26 minutos, logrando el 66º torneo de su carrera,
segundo esta temporada tras el logrado sobre la arcilla bonaerense en el mes de
febrero. El español, que partía como primer cabeza de serie, venía de una
dolorosa derrota ante Djokovic en cuartos de Roland Garros, que le ha hecho caer
hasta el 10º lugar en el 'ranking'. "Es un título importante, bueno para
mi juego, mi mentalidad, mi confianza. En este momento de la temporada, cada
triunfo es importante", dijo a la conclusión del partido el ya tres veces
ganador del torneo, que lo hizo suyo también en 2005 y 2007, cuando se jugaba
en arcilla [Narración].
Troicki sostenía números intimidatorios antes de
llegar al desempate del primer set. Había ganado cuatro juegos en blanco con su
servicio, que únicamente había entregado dos veces en el torneo. Concedía poco
y amenazaba al resto. Tuvo una pelota de 'break' en el segundo juego y estuvo a
dos puntos de llevarse el parcial: 0-30 y 6-5 arriba. Las reglas del juego son
bien distintas sobre la hierba, favorecedoras para tenistas de sus características,
buen servicio, resto agresivo y determinación a la hora de acortar los
intercambios.
Nadal sabe readaptar su estilo. Mantiene el
entusiasmo de siempre, el mismo que le llevó después de ganar su primer Roland
Garros a desplazarse al día siguiente a Halle. Esta vez no tardó en marcharse a
Stuttgart en busca de crédito de la forma necesaria para llegar en las mejores
condiciones a Wimbledon. Dos títulos y un total de cinco finales le avalan en
el All England Club.
Nueve
'aces' en el primer set
Un revés cruzado ganador en el primer punto del
'tie-break' dio otro aire al partido. Troicki, campeón a principios de año en
Sydney, empezó a percibir que estaba ante un adversario poderoso, firme en la
primera devolución y capaz de sacar provecho a su condición de zurdo en el
servicio. Se maneja con oficio sobre una superficie que no es la suya. Hasta
nueve saques directos del total de 11 logró en el primer set, definido con uno
de ellos.
Digirió mal el serbio lo sucedido. Perdió el saque
en el tercer juego del segundo y se vio pronto 4-1, en una desventaja ya muy
seria. Más errático, Troicki contemplaba la progresión de Nadal, quien una vez
más comenzó frío, con dificultades, para ganar después regularidad con el
servicio y destreza en sus movimientos. Aun tratándose de un ATP 250, la
victoria le añadirá convicción, de la que anda necesitado en un momento difícil
de su carrera. La semana próxima estará en Queen's, donde en 2008 ganó el
primero de sus ya cuatro títulos en hierba.
Por
JAVIER MARTÍNEZ/El Mundo
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