JARTUN, Sudán (2 Junio 2015).- El presidente Omar
al-Bashir, que fue reelegido por amplio margen, fue investido nuevamente para
extender su mandato de 25 años, pese a estar acusado de crímenes de guerra.
En una ceremonia el martes en la capital Jartún,
al-Bashir prometió combatir la corrupción y poner énfasis en el crecimiento
económico. También ofreció amnistía a los grupos armados si acceden a mantener
conversaciones de paz.
Al-Bashir, que asumió tras un golpe islamista
incruento en 1989, es el único jefe de estado en ejercicio que enfrenta cargos
de genocidio en la Corte Penal Internacional. Los cargos derivan del conflicto
en Darfur, donde 300,000 personas murieron y dos millones fueron desplazados
por la respuesta brutal del gobierno a una rebelión armada.
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