ROMA (5 Junio 2015).- El papa Francisco instó ayer a
los cristianos a “protegerse del riesgo de la corrupción” y a no dejar que su
dignidad se diluya para no envilecerse y ser “mediocres, tibios e insípidos”.
Durante la misa oficiada con motivo del Corpus
Christi a los pies de la basílica romana de San Juan de Letrán, el pontífice invitó
a los presentes a reflexionar sobre la necesidad de no envilecerse y se refirió
a algunos casos en los que se corre el riesgo de caer en en ello. “Nos
disgregamos cuando no somos dóciles a la palabra del Señor, cuando no vivimos
la fraternidad entre nosotros, cuando competimos por ocupar los primeros
puestos, cuando no encontramos el coraje para dar testimonio de la caridad,
cuando no somos capaces de ofrecer esperanza”, afirmó.
El papa definió qué es “envilecerse” en el siglo
XXI- “Significa dejarse afectar por la idolatría de nuestro tiempo- la
apariencia, el consumo, el yo en el centro de todo, pero también el ser
competitivo, la arrogancia como actitud ganadora, el no admitir nunca haber
cometido un error o tener una necesidad.
Todo esto nos envilece, nos hace cristianos
mediocres, tibios, insípidos”. El pontífice argentino aseguró que “Jesús
derramó su sangre” para que los cristianos pudieran “ser purificados” de sus
pecados.
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