NUEVA YORK (2 Julio 2015).- Durante una práctica de
bateo previo al juego de los Cachorros en el estadio de los Mets, Manny Ramírez
observa atentamente la rutina con guante en mano desde el territorio del
campocorto. ¿Acaso el legendario toletero estará contemplando la idea de jugar
en Grandes Ligas?
Nada que ver. Ramírez acompaña a los Cachorros en
otras funciones: el dominicano se desempeña como instructor de bateo. Y lo está
disfrutando.
"Feliz con lo que hago, la paso tranquilo. Esto
es una bendición", dijo Ramírez a un grupo de reporteros a la salida del
camerino.
Ramírez avista por un corredor del Citi Field a Joe
Torre, el ex piloto de los Yanquis que actualmente se desempeña como
vicepresidente de operaciones de béisbol de MLB, y sin timidez alguna le
dispara una pregunta: "¿Qué es lo que está pasando con la zona de
strike?".
Para Chicago, tener a Ramírez como una especie de
gurú de bateo es una excelente adquisición, al poder compartir sus
conocimientos tanto con las promesas como Kris Bryant y los jóvenes veteranos
como su compatriota Starlin Castro y Anthony Rizzo.
Ramírez jugó por última vez en las mayores en 2011,
cuando duró apenas un puñado de partidos con los Rays de Tampa Bay antes de ser
suspendido por segunda ocasión por las mayores por violar el reglamento
antidopaje. Pero se ha mantenido activo desde entonces en la liga dominicana e
incluso en 2013 jugó en Taiwán.
Joe Maddon era el manager de los Rays en la última
etapa de Ramírez en las mayores. Ahora, Maddon cumple su primera campaña al
frente de Chicago.
"Recuerdo que en esos entrenamientos de
primavera, Manny y yo nos pasábamos hablando sobre bateo todo los días",
evocó Maddon. "Ahí fue cuando pude conocerle bien. Todos sabemos que es un
tremendo bateador (pero) tiene una capacidad para expresar lo que sabe de una
manera muy lúcida. Así que cuando supe que estaba interesado en trabajar con
nosotros, le dimos la bienvenida. Es de gran ayuda para nosotros".
"También sirve de conducto con los jugadores
hispanos, es alguien perfecto para ello por el respeto y admiración que le
tienen", añadió. "Es alguien que irradia energía positiva. Me
consulta todo el tiempo. Y todo es oportuno".
"Alguien con tanta experiencia como la que
tiene Manny Ramírez es excelente y hay que aprovechar la ayuda que nos da.
Hablamos a cada rato", señaló Castro.
Los Cachorros necesitan su sabiduría para apuntalar
su ofensiva, apagada al cumplirse los primeros tres meses de la campaña. Al
iniciar la jornada del jueves, Chicago llevaba ocho partidos consecutivos sin
anotar más de dos carreras. También fueron barridos el pasado fin de semana de
visita a los Cardenales de San Luis, sus rivales en la Central de la Liga
Nacional que se han escapado en la cima de la división.
Para tratar de revertir el mal momento, a Maddon se
le ocurrió llevar al camerino de Nueva York a un mago de Las Vegas, Simon
Winthrop. El mago deleitó a los jugadores con varios de sus trucos, incluyendo
uno con una lata de soda que estaba arrugada y luego llenó su contenido.
¿Un mago? No se sorprenda, después de todo, Maddon
es el mismo piloto excéntrico que una vez llevó a un pinguinito al camerino de
los Rays y hasta dio una rueda de prensa con una cacatúa posando sobre un
hombro.
Se puede decir que Ramírez y Maddon comparten los
mismos rasgos irreverentes. Nadie olvida aquel día que Ramírez se metió detrás
del Monstruo Verde del Fenway Park de Boston para ir al baño.
"Lo que me gusta más es que puedo compartir mi
conocimiento", dijo Ramírez. "Estoy haciendo lo mismo que los
veteranos de Cleveland (su primer club) hicieron cuando yo era un novato. El
béisbol no ha cambiado, sólo que la zona de strike ahora es más grande".
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