MERKEL Y HOLLANDE LOGRAN QUE TSIPRAS ACEPTE UN PAQUETE DE MEDIDAS DURÍSIMO
BRUSELAS (13 Julio 2015).- Después de casi seis
meses de negociación, un cambio de ministro de Finanzas, un referéndum, un
corralito, dos semanas con los bancos cerrados, y una maratón de 22 horas
seguidas de negociación y 17 de Eurocumbre, Grecia y las Instituciones han
llegado a un acuerdo.
A las 08.38, el primer ministro belga, Charles
Michel, lo ha anunciado en su cuenta de twitter con un escueto mensaje:
"Acuerdo". El primer ministro maltés, Joseph Muscat, lo ha ratificado
minutos después de la misma forma "Acuerdo". Y el portavoz del primer
ministro de Chipre se ha sumado.
Enseguida, el presidente del Consejo, Donald Tusk,
ha dado la ratificación oficial: "La Eurocumbre ha alcanzado de forma
unánime un acuerdo. Todo listo para un programa del Mede para Grecia con
reformas serias y apoyo financiero".
Ahora, los parlamentos de Grecia y hasta seis países
diferentes de la Eurozona tendrán que dar el visto bueno a lo logrado, y en
caso positivo, y siempre que Grecia apruebe reformas y leyes en las próximas 48
horas, el programa de rescate podrá hacerse realidad. El presidente francés,
François Hollande, ha defendido su papel en las discusiones y los esfuerzos
para evitar, fuera como fuera, la salida del euro. "Nada habría sido peor
que humillar a Grecia esta noche. Grecia no pedía limosna, pedía la solidaridad
europea", ha afirmado.
El Eurogrupo de ayer, que empezó a las 11 de la
mañana, sentó las bases con un documento durísimo, un pliego de condiciones
demoledor por Atenas, mucho más severo que el que estaba sobre la mesa antes
del referéndum.
Porque entre muchos países había ganas de castigar y
porque, explican, una cosa eran las condiciones para cerrar el segundo programa
de rescate, y acceder a 7.200 millones de euros, y otra muy distinta es el
programa completo para tres años que exigirá a la UE y el FMI entre
"86.000 y 87.000 millones de euros para cubrir las necesidades de
financiación del país hasta 2018.", según ha explicado Angela Merkel
Los líderes de la Eurozona entraron a las 18.00
horas a la sala de reuniones y lograron un pacto al borde de las 9 de la
mañana, apenas cinco minutos antes de que abrieran los mercados en Europa. Y
con un mensaje lo suficientemente fuerte para que el BCE ahora actúe en
consecuencia y devuelva la liquidez de emergencia a la banca helena.
Las condiciones, claras, tajantes, con muy poco
margen para Tsipras. El Parlamento griego tendrá que legislar, en un máximo de
48 horas, sobre IVA, pensiones, privatizaciones, una agencia fiscal
independiente y la autonomía de la Agencia Estadística Nacional.
Qué
consigue Grecia
"El acuerdo es difícil pero hemos evitado la
transferencia de activos al extranjero, hay un plan contra la asfixia de
liquidez, logramos financiación a medio plazo y alivio para la deuda", ha
explicado Alexis Tsipras.
El presidente español, Mariano Rajoy, lo ha
resumido. De los 50.000 millones de ese Fondo con activos, la mitad, 25.000
millones, se usarán para la recapitalización de los bancos. Un cuarto, 12.500
millones, para deuda. Y el otro 25%, otros 12.500 millones, para inversiones
productivas. Que se sumarían a los 35.000 millones de euros que ya prometió la
Comisión Europea. No es dinero nuevo, sino el monto de los fondos estructurales
y recursos existentes que se pueden movilizar, con mucha flexibilidad, para
Grecia.
Merkel ha reconocido que como proponía el Eurogrupo
se hablará de reestructuración, con más carencia para la deuda, pero más
adelante, cuando la Troika apruebe la primera revisión del programa. "Una
quita nominal de la deuda no es posible", ha zanjado la canciller.
"Nos hemos asegurado de que la carga será
repartida con justicia social. Esta vez, los que no lo han hecho en el pasado
deberían soportar su parte" ha prometido Tsipras, quien ha logrado
poquísimo de lo que quería y que no ha logrado defender sus posiciones durante
la noche.
Sin embargo, parece claro que con este acuerdo Mario
Draghi y el Consejo del BCE tienen suficiente para volver a abrir la línea de
liquidez de emergencia para las entidades financieras, que llevan ya dos
semanas cerradas. No hay programa aún, pero sí un compromiso muy claro. Quizás
no inmediatamente, sino que tengan que esperar hasta el miércoles, a que el
Parlamento heleno dé el visto bueno a las leyes y reformas esperadas, si es que
Tsipras logra pasar el corte con un paquete tan complicado.
La Eurocumbre y el Eurogrupo han exigido también que
Atenas de marcha atrás con las medidas aprobadas desde el pasado 20 de febrero
que van en contra del espíritu del acuerdo firmado entonces, pero según ha
apuntado Merkel, Grecia recibirá algún tipo de "paquete humanitario",
o mejor dicho, para proporcionar ayuda a los más necesitados, exactamente igual
que las propuestas que Syriza insistió en aprobar ante la emergencia social.
No
habrá quita
El FMI seguirá en el programa. No habrá quita de la
deuda, sino el compromiso de analizar la sostenibilidad de la deuda en el
futuro, después de que el país ponga en marcha medidas concretas y la Troika de
el visto bueno. Porque la Troika volverá a Atenas, a supervisar de forma
similar a como lo hizo siempre, pero sin acceso a los altos cargos políticos,
como hasta 2015.
A última hora de la noche y con el sol despuntado en
Bruselas, Atenas se enrocó en dos aspectos. El primero, acabar con la
supervisión del FMI más allá de marzo de 2016, que es cuando acaba su programa
con Grecia. El segundo, el polémico fondo que exigen Alemania, Holanda o
Finlandia y que cuenta con las simpatías de Christina Lagarde y François
Hollande.
Un Fondo que el Eurogrupo sugería de hasta 50.000
millones con activos públicos helenos que serían colocados (lo que aliviaría la
deuda del país) para ser gestionados y vendidos lentamente. Alemania proponía
que en un país neutral, como Luxemburgo, con "gestión griega pero bajo la
supervisión de las instituciones europeas". El Fondo Monetario sostenía
que la cifra era demasiado alta, y que una cantidad próxima a los 7.000
millones era más realista, puesto que en los últimos años el país apenas ha
podido recaudar 5.000 millones.
El Fondo, al final será de 50.000 millones, seguirá en
Grecia, bajo manos helenas y la supervisión institucional y tratará de acelerar
la venta de activos. Se trata de un contrato, con exigencias claras, pero que
no estará en suelo extranjero, algo imposible de aceptar para Tsipras y de
vender en casa.
Legislar
rápidamente
Donald Tusk, presidente del Consejo, ha explicado en
la rueda de prensa posterior que "sólo había un objetivo, alcanzar un
acuerdo. Tras 19 horas, lo hemos logrado. Estamos listos para empezar las
negociaciones, lo que quiere decir, con otras palabras, seguir ayudando a
Grecia. Hay condiciones estrictas, y el visto bueno de varios Parlamentos es
necesario", ha recalcado.
Tusk ha explicado igualmente que "los ministros
de Finanzas se van a reunir para encontrar la mejor forma de asistir a Grecia
en lo que se conoce como el periodo puente", es decir, cómo hacer frente a
sus necesidades a corto plazo para que pueda pagar al BCE y al FMI.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha
señalado por su parte que "la confianza ha sido un asunto clave",
como "las reformas y los problemas de la deuda". El holandés ha
recalcado igualmente que "el Parlamento griego tendrá que legislar
rápidamente" en muchos aspectos antes de dar los siguientes pasos.
"Tenemos que abordar el asunto de la deuda y
parte del acuerdo es que habrá un fondo por el que activos griegos serán
trasladados y monetizados" y ese dinero "se usará para reducir la
deuda y la recapitalización de los bancos". El famoso Fondo que se ha
discutido durante toda la noche y que tendrá un uso práctico inmediato. Bien
mediante la privatización de los activos bien sacando rendimiento de los
mismos.
Un sistema complejo, cuya viabilidad es complicada.
Se podrían usar a los propios bancos recapitalizados como activos, así como
cualquier otro tipo de bienes públicos. Un proceso de ingeniería financiera que
tendrá que recibir forma en las próximas horas y días. Y que muestra que el
tercer rescate será muy diferente. Ni préstamos bilaterales como el primero ni
dinero fresco a cambio de promesas, como en 2012.
Los detalles concretos de las necesidades de
financiación a corto plazo, el llamado periodo puente, serán analizados y
concretados esta tarde, a partir de las 15.00, por el Eurogrupo, que vuelve a
reunirse en Bruselas.
Por
PABLO R. SUANZES/El Mundo
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