MENDE, Francia (18 Julio 2015).- Bramaban los
comentaristas de France 2 con los dos niños mimados del ciclismo francés,
Bardet y Pinot, en cabeza, a un kilómetro de la llegada; celebraban antes de
tiempo una gran victoria francesa, de las de portada de L' Equipe y titular
grandilocuente, cuando comenzaron a racanear, a lanzarse miradas aviesas,
mientras curveaban para ingresar en la pista del aeródromo de Mende, en la que
uno de los dos pensaba despegar hacia un contrato mejor. Y mientras se cedían
el paso para encontrar el mejor lugar en el sprint, apareció de repente el
británico Stephen Cummings y les dejó con un palmo de narices.
La victoria francesa se quedó en el grito de pánico
del comentarista; en el gesto de asombro de los periodistas de la sala de
prensa; en la expresión de estupor del presidente François Hollande, que
viajaba en el coche número 1, el Skoda rojo de Christian Prudhomme, y que ya se
adelantaba para felicitar al ganador patrio.
En Mende el podio fue británico finalmente, porque
primero pasó Cummings y después Chris Froome que, noticia, se quedó solo en los
últimos kilómetros de ascensión al aeropuerto instalado en una meseta sobre la
ciudad del corazón d Francia. Le atacó Nairo, al que siguió Nibali. Después
salió Valverde y Contador siguió a rueda del líder; flaqueó Van Garderen y en
el balance final fueron los hombres del Movistar los más favorecidos, porque
aunque Froome les distanció en un par de segundos, Nairo Quintana se sube al
segundo puesto y Valverde está más cerca del tercero.
Contador, dice, progresa adecuadamente: «Cada vez
tengo mejores piernas», aunque perdió 18 segundos por el último arreón de
Quintana y Froome. Veremos en Los Alpes.
Por
JON RIVAS/El Mundo
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