MADRID (2 Septiembre 2015).- "¡A las
armas!", gritaron. Y se desabrocharon los sujetadores.
Muchas personas han decidido participar en la
batalla por la igualdad de género a pecho descubierto, literalmente. Los senos
se han incorporado como nuevo símbolo de la lucha por esta causa y, con pezón o
sin él, son muchas y muchos los que están dispuestos a demostrar el verdadero
poder de la teta.
Las redes sociales han terminado de alentar un
debate que subyace desde hace años en torno al pecho femenino. En los últimos
meses, numerosas imágenes publicadas en plataformas como Facebook, Twitter o Instagram
han sido censuradas por mostrar o insinuar el busto de la mujer y esto ha
provocado la reacción contraria: cientos de usuarios y usuarias que no han
tenido reparos en subir sus propias fotografías para expresar el desacuerdo y
la incongruencia. ¿Por qué es diferente que enseñe el pecho desnudo un hombre
que una mujer? ¿Por qué en el caso de ellas se considera pornográfico? ¿Por qué
hay personas que lo toman como una licencia para acosar o insultar?
El pasado fin de semana la tuitera @fuckingmanola
denunció su experiencia: "Voy a hablar sobre el acoso que he recibido hoy
porque me ha jodidamente enfadado y no me voy a callar". "Hoy recibí
un trato INHUMANO por subir unas selfies [sic] en las que se me veía un pezón.
(Y ni siquiera de manera sexual que no importa pero bah)", escribió en
varios tuits.
Los mensajes provocaron la reacción inmediata de una
de sus compañeras en el grupo Queer Avengers, Iria Morris [en la imagen
superior], que creó el hashtag #tetasporManuela. Cientos de personas lo
utilizaron durante varios días para publicar fotografías de sus pechos más o
menos desnudos y denunciar así la desigualdad entre hombres y mujeres.
El fenómeno, sin embargo, no es nuevo. España ha
tomado ahora el testigo de #FreetheNipple (algo así como "Libera el
pezón"), una campaña que en Estados Unidos lleva meses reivindicando la
libertad de la mujer y el derecho a exhibir su anatomía sin criminalizarla.
Una película con el mismo nombre dirigida por Lina
Esco fue el origen del movimiento al que se han sumado cientos de personas
anónimas y numerosas caras conocidas: Rihanna, la modelo Cara Delevingne o
Scout Willis, la hija menor de Demi Moore y Bruce Willis. Instagram censuró una
fotografía en la que lucía una camisa transparente y la joven decidió salir por
las calles de Nueva York con la parte de arriba descubierta, inmortalizar su
paseo y subir las imágenes a Twitter con el texto "Legal en NYC, pero no
en Instagram".
El
problema son los pezones
Otra de las artistas que más se ha significado
últimamente en esta causa ha sido Miley Cyrus. Es difícil distinguir cuánto hay
de estridencia y marketing y cuánto de compromiso social en cada una de sus
apariciones, pero lo cierto es que no deja indiferente a nadie -¿y no es acaso
eso lo que busca?-.
En la reciente gala de los MTV enseñó uno de sus
pezones desafiando a la estricta moralina estadounidense, y días antes habló
sobre el asunto en el programa de Jimmy Kimmel a propósito de un incómodo
encuentro con Paul McCartney y de sus siempre llamativos modelitos: "Lo
que he aprendido es que el ser humano no tiene miedo de los pechos, el problema
está en los pezones. Si yo enseño mis pechos nadie tiene ningún problema, pero
que los pezones estén cubiertos con algo es necesario. A Estados Unidos no le
molestan las tetas, son los pezones lo que no le gustan. Pero es lo que hay. Es
una locura porque el pezón -que se supone que no puedes enseñar- lo tiene todo
el mundo, pero la parte que no todo el mundo tiene, puedes enseñarla. Nunca he
entendido cómo funciona esto", dijo al presentador.
A miles de kilómetros de distancia, June Fernández,
directora de Pikara Magazine, trata de arrojar luz. "Se identifican los
pezones con la parte sexual de la mujer, por eso se considera que mostrarlos es
algo pornográfico y nos convierte en 'malas mujeres'", apunta.
Fernández va más allá y habla de lo "invisible
de la vulva femenina" y de cómo "todo lo que tiene que ver con los
procesos naturales de las mujeres se entiende como algo sucio". Sin ir más
lejos, recuerda el caso de la poeta pakistaní Rupi Kaur, cuya imagen tumbada en
la cama con una mancha provocada por la menstruación [abajo] también fue
censurada y generó, igualmente, toda una corriente de protestas.
"Se usa el cuerpo de las mujeres como un
reclamo comercial. En Instagram no hay ningún problema en aparecer con grandes
escotes, pero se castiga si mostramos el cuerpo al completo.
Nuria Roca también habla de la doble moral. La
presentadora de 'Lo mejor que te puede pasar', en Melodía FM, ha sido uno de
los últimos rostros populares en sufrir la censura de Instagram. La red social
retiró la fotografía de su sombra, en la que se distinguía el perfil de su
pecho en topless. Ella la compartió con sus seguidores porque le parecía
"bonita y creativa", pero la plataforma no tuvo la misma
consideración. "Me parece ridículo y un ejemplo de la hipocresía moral de
las redes", asegura en conversación con EL MUNDO. Instagram justificó su
decisión apelando a las normas comunitarias que rigen su funcionamiento, algo
que Roca cree que "deberían revisar" para establecer los límites.
"¿Si fuera la sombra de una pistola no pasaría nada? ¿No es peor una
imagen que incita a la violencia?", se pregunta.
Pechos
lactantes
Tratando de buscar una explicación al hecho de que
un hombre, a diferencia de una mujer, pueda difundir una imagen con el torso
descubierto, caminar por la calle sin camiseta y, hasta hace no mucho tiempo,
incluso sentarse a comer en un bar con el pecho al aire, Gracia Ariza habla de
la "cosificación" del cuerpo de la mujer, de la "sexualización
derivada del machismo".
Ariza es la presidenta de 'Lactando Amando', la
Asociación en Apoyo de la Maternidad y la Lactancia que ha defendido esta
semana a Herminia Reyes. Herminia estaba dando el pecho a su bebé de nueve
meses en el Corral del Carbón, en Granada, cuando una vigilante de seguridad la
'invitó' a marcharse del lugar. "Me sentí violentada", relató la
mujer a este diario. "Desde la distancia, una auxiliar de seguridad dijo
que estaba prohibido hacerlo", apelando a "una normativa de
seguridad" que resultó inexistente.
Su caso no es el único. Muchas mujeres han
denunciado situaciones similares, tanto en la vida real como en internet. De
hecho, de nuevo las redes sociales han sido escenario de la eliminación de
imágenes que mostraban a madres con sus bebés en el momento de la lactancia. La
supresión de las instantáneas de Jade Beall dio la voz de alarma y resultó
definitiva para que la compañía de Mark Zuckerberg relajara sus códigos y
entendiera que la lactancia es una acción "natural y hermosa" que no
debe censurarse.
"Normalmente los pechos de las mujeres se ven
como un objeto de deseo, como algo sexual. En la mayoría de anuncios
publicitarios el pecho de la mujer suele ser protagonista, bien porque se
sugiere, bien porque se enseña directamente. Se usa esta estrategia para captar
clientes, pero nadie protesta contra ello", critica Ariza. Sin embargo,
"la lactancia es todavía algo tabú. Creen raro que una madre amamante a su
hijo, lo ven como algo sucio, digno de esconder", de ahí los reparos sobre
este acto biológico y natural.
Ariza apoya movimientos como #tetasporManuela o
#FreetheNipple en tanto que son una vía para mostrar "que no queremos ser
supermujeres, sino mujeres reales, naturales, con estrías o sin ellas, gordas o
delgadas".
El
cuerpo como arma
Ariza apela de nuevo al cuerpo femenino como arma en
la lucha por la igualdad de género, algo de lo que saben mucho las integrantes
de Femen. Sus protestas con los senos al aire son una de sus señas de
identidad, y no es casual.
"No quieren ver nuestras tetas en internet, ni
en los parques haciendo running, ni dando de comer a nuestros hijos, y por
supuesto, tampoco protestando porque supondría aceptar que ha de existir una
igualdad para todos los cuerpos", asegura Lara Alcázar, portavoz del
movimiento en España.
"Femen emplea el desnudo como protesta para demostrar
que el cuerpo de las mujeres no está dispuesto a seguir siendo cosificado en
favor del patriarcado, sino que está luchando de manera política y lleva un
mensaje de manera inseparable. Nos desnudamos para expresar que no sentimos
vergüenza de ser mujeres", continúa.
Por eso valora de manera positiva cualquier acción
que tenga el mismo objetivo. "Obligan a la sociedad a repensar el papel
del cuerpo de la mujer", opina. También Nuria Roca cree que
"cualquier iniciativa es buena" para avanzar en la lucha por la
igualdad. "Este es mi pecho y tengo derecho a enseñarlo", resume June
Fernández, en una perfecta definición de lo que significa el verdadero poder de
la teta una vez que los sujetadores han caído.
Por
MARÍA HERNÁNDEZ/El Mundo
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