LOS ÁNGELES (29 Noviembre 2015).- Querido baloncesto
[...]. Mi corazón puede aguantar la paliza. Mi cabeza puede soportar el
esfuerzo. Pero mi cuerpo sabe que es el momento de decir adiós. Y está bien.
Estoy preparado para dejarte marchar". Kobe Bryant anunció que se retirará
al final de esta temporada con un poema dedicado al baloncesto, esa obsesión
que ha presidido su vida, ese motor que le ha convertido en uno de los hombres
más enfermizamente competitivos que ha conocido el deporte.
Después de 20 años en activo y en el momento más
bajo de su carrera, el legendario escolta de Los Angeles Lakers reconoce que es
el momento de decir adiós.
Bryant había sembrado pistas hacia este desenlace en
las últimas semanas. El veterano escolta está jugando el peor baloncesto de su
carrera y hace unos días adelantó que, si nada cambiaba, ésta sería su última
campaña.
No ocultó cierta nostalgia en su reciente duelo con
Dirk Nowitzki, ni ese sabor a despedida que tuvo su última visita al Madison
Square Garden, el templo donde llegó a reinar como sólo lo había hecho Michael
Jordan. Kobe Bryant ha sido el más perfecto de todos los herederos que se
buscaron al trono de 'Su Majestad'.
El escolta de Los Angeles Lakers moldeó su juego a
imagen del 23 hasta tal punto que en medio del primer enfrentamiento de su
carrera contra Michael Jordan aprovechó los parones del partido para pedir
consejo sobre cómo postear.
Pero aunque las cámaras no hubieran registrado aquel
momento, la paternidad sería innegable. En él se aprecian con gran fidelidad
sus gestos, sus movimientos, su voracidad.La carrera de ese Kobe Bryant terminó
con la rotura del tendón de Aquiles hace ya tres años.
El escolta
dejó días de un baloncesto feroz en las últimas semanas de aquella temporada
regular, empeñado como estaba en clasificar a Los Angeles Lakers para los
playoffs.
Tanto, que lanzó los dos tiros libres sin apenas
poder tenerse en pie. Aquella lesión propia de un héroe dejó paso a Bryant más
humano, un jugador que a sus 37 años lleva 20 temporadas en la NBA, las tres
últimas cerradas con una lesión grave.Kobe Bryant está firmando la peor
temporada de su carrera, incapaz de generar espacio con sus defensores para
mirar a canasta ni de seguir el paso de rivales más jóvenes, más rápidos, más
fuertes, más atléticos.
Es el precio a pagar por los casi 56.000 minutos de
baloncesto que acumula en las piernas. Lo doloroso de esta temporada es que ni
siquiera en esas circunstancias es capaz de renunciar a su esencia, a esa
mentalidad voraz que presidido su carrera. Y sin un cuerpo que pueda seguir al
corazón y la cabeza, acaba firmando el peor baloncesto de su carrera.
Por
ANDRÉS ARAGÓN/El Mundo
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