PARÍS (6 Enero 2016).- El compositor francés Pierre Boulez, conocido como
uno de los padres de la música de vanguardia del siglo XX y también por haber
dirigido a algunas de las orquestas más prestigiosas del mundo, murió ayer a
los 90 años en su residencia de Baden Baden, en Alemania, donde vivía, informó
hoy su familia.
La noticia del fallecimiento de Boulez generó una
cadena de reacciones en el mundo de la música en Francia, pero también de las
autoridades, y así el presidente, François Hollande, le rindió homenaje al
destacar que había "hecho brillar la música francesa en el mundo" y
"dio un prestigio considerable a la cultura francesa".
"Como compositor y director de orquesta,
siempre quiso reflexionar sobre su época", señaló Hollande en un
comunicado del Elíseo, que hizo notar que la Filarmónica de París, inaugurada
hace ahora un año, "le debe mucho".
Pierre Boulez había nacido el 26 de marzo de 1925 en
Montbrison, en el centro de Francia, en el seno de una familia burguesa pero
sin relación particular con la música, en la que fue precoz: comenzó a tocar el
piano a los seis años y tres después era capaz de interpretar algunas piezas de
Frédéric Chopin.
Estudió primero matemáticas en Saint Etienne y luego
en Lyon, pero en 1943 (con 18 años) decidió instalarse en París donde no tuvo
éxito para ingresar al Conservatorio Nacional.
Así, comenzó a recibir clases de armonía de la mano
de Olivier Messiaen, quien observó sus capacidades y le abrió nuevos
horizontes.
Pero Boulez se fue distanciando de Messiaen, con el
que expresó diferencias de en la concepción musical, y en 1946 compuso su
primera sonata para piano, una obra radical, mientras se ganaba la vida tocando
piezas ligeras en el Folies Bergère.
Ese mismo año entró en la compañía de teatro
Renaud-Barrault, con la que colaboró durante una decena de años.
En 1957 estuvo por primera vez al frente de una
orquesta sinfónica cuando hizo una sustitución de Hermann Scherchen, para luego
llegar a ser director de la orquesta de Cleveland (1967-1972), de la Sinfónica
de la BBC (1971-1975) y de la Filarmónica de Nueva York (1971-1977), donde
sucedió a Leonard Bernstein.
Volvió a Francia para fundar el Conjunto
Intercontemporáneo, el primer grupo permanente en el país de música
contemporánea, y un año después se puso al frente del Instituto de
Investigación y de Coordinación Acústica de Música (Ircam).
Allí trabajó en el desarrollo de instrumentos de
transformación del sonido en tiempo real, apoyándose en investigaciones
científicas. Volvió a finales de los años 1970 a la Ópera de París y se
convirtió en una personalidad ineludible para el diseño de la política musical
francesa: fue consultor en la construcción de la nueva ópera de la plaza de la
Bastilla y luego en la Ciudad de la Música, también en París.
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