JERUSALÉN PREPARADA PARA UNA SEMANA SANTA CON EL TRASFONDO DE LA VIOLENCIA
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JERUSALÉN (19 Marzo 2016).- La Semana Santa se celebra este año en
Jerusalén a la sombra de una ola de violencia que no tiene visos de concluir y
que ha alejado durante los últimos seis meses al turismo y a los peregrinos de
los principales lugares santos.
Los grupos de visitantes que en los últimos días
eran visibles en la ciudad santa contrastaban con los miles de cristianos
procedentes de todo el mundo que solían abarrotar por estas fechas las calles
que recorrió Jesús en la semana de la pasión y resurrección.
Entre los que se han decidido a venir a Tierra
Santa, los sentimientos diferían entre aquellos que no sentían ningún tipo de
inseguridad, pese a que la tensión es palpable, y los que a pesar de todo, se
contentan con cumplir el sueño de visitar y conocer los lugares más importantes
de la fe cristiana.
"Hemos tenido la oportunidad de conocer a ambos
lados (palestinos e israelíes) y nos hemos sentido muy acogidos", explicó
a Efe Anelis, que junto a su pareja Walter, ha venido desde Guatemala para
cumplir el sueño de recorrer gran parte de los lugares en los que Jesús dejó su
huella más de 2000 años atrás.
Jerusalén se convierte a partir de mañana, Domingo
de Ramos, en el centro de las celebraciones, con la tradicional procesión que
parte de la Iglesia franciscana de Betfagé, en el Monte de los Olivos, y recrea
la entrada triunfal que Jesús hizo a lomos de un pollino a la amurallada urbe
en tiempos romanos.
Precisamente el poder conmemorar los pasos de Jesús
durante la semana pascual en el lugar en el que según las Sagradas Escrituras
se desarrolló su vida y obra, es uno de los mayores atractivos para los
peregrinos.
Para una turista sudafricana que prefiere no decir
su nombre, "los lugares por los que viajamos son seguros, por lo que no
consideramos cancelar el viaje por lo que está sucediendo".
La actual ola de violencia se inició en la zona el 1
de octubre, y hasta ahora han muerto 202 palestinos, más de dos tercios al
perpetrar o intentar perpetrar ataques contra blancos civiles y militares
israelíes, gran parte de ellos en Jerusalén.
Esas agresiones han causado la muerte a treinta
israelíes, tres extranjeros y un palestino.
Pese a todo, la turista guatemalteca no pensó en
modificar su itinerario: "Hemos venido en un tour espiritual y visitado
todos los lugares específicos, especiales, por los que caminó Jesús. Lo hemos
disfrutado mucho, nos encanta Jerusalén".
Los comerciantes de la zona no ocultan que la
situación les ha pasado factura y que los peregrinos son recibidos con
cuentagotas.
"La situación es mala. El trabajo es malo
porque todo depende de la política y de los problemas que hay en este país
entre judíos, cristianos, árabes, musulmanes", refiere sin ambages
Michelle, un cristiano palestino de 69 años que regenta un pequeño supermercado
a la entrada de la Puerta Nueva de la ciudad vieja.
Sus cálculos no son muy optimistas y según ve la
cosa, los turistas no llenarán las calles en los próximos días: "Tenemos
las festividades aquí y no hay nadie para comprar".
Coincide con él Wisam, de 23 años y comerciante de
una tienda de recuerdos de Tierra Santa, donde predomina la imaginería
religiosa y figuras hechas de madera de olivo.
"No hay muchos turistas, las calles están
vacías, los vendedores están sentados y los negocios flojos por la situación
política. Tan solo esperamos que esto termine, que los turistas vuelvan y
mejore el comercio. Muchos han cerrado unas calles más abajo", afirma.
No lejos, una pareja de turistas alemanes pasea
primero por la Puerta de Damasco, después por las calles de la ciudad
amurallada.
Son reconocibles porque abandonan la restringida
ruta por la que se mueven el resto de peregrinos, que liderados por sus guías
turísticos se mueven de un lugar santo a otro para después regresar a sus
hoteles de Jerusalén Oeste o incluso Tel Aviv y dejar atrás las principales
zonas de fricción estos días, aquellas en las que comparten espacios palestinos
e israelíes.
"Las noticias sobre la región te pueden
desanimar. Vemos que esto es seguro y no pensamos en cancelar el viaje en
ningún momento, pero sí es cierto que no puedes evitar tener un sentimiento
raro", cuenta Eva, una joven turista en la veintena.
Entre los muros históricos de la antigua Jerusalén,
en los que el cristianismo comparte algunos de sus lugares más sagrados con
sitios indispensables para el judaísmo y el islam, se escuchan las sirenas en
dirección a las afueras de la ciudad, elevando la sospecha de que se haya
producido un nuevo ataque.
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