LLENO DE CONTRASTES EL PRIMER ENCUENTRO PÚBLICO ENTRE RAÚL CASTRO Y BARACK OBAMA
LA HABANA, Cuba - Los presidentes Barack Obama y
Raúl Castro tuvieron su primer intercambio público hoy, en una comparecencia
que dejó expuestas las diferencias abismales que existen entre los dos países,
pero que también mostró al mundo diversas zonas de convergencia antes
impensadas entre ambas naciones.
Fue un encuentro lleno de contrastes, desde el
manejo mismo de la rueda de prensa por parte de los presidentes, como los
mensajes que ambos llevaron.
Desde Cuba
Por un lado, se notó la experiencia de Obama en el
manejo de los medios de comunicación internacionales, con mucha calma antes las
complejas preguntas sobre derechos humanos y democracia que le fueron
presentadas.
Por el otro, Castro lucía incómodo en una cancha en
la cual no acostumbra jugar, pues el presidente cubano nunca ha sido muy
mediático, gusta poco de los discursos y sus alocuciones ante los periodistas
suelen ser muy limitadas.
uando a Obama se le planteó qué pensaba de los
derechos humanos en Cuba, dijo que “tenemos sistemas diferentes… En Estados
Unidos seguiremos hablando de la democracia… En Estados Unidos creemos en la
democracia”.
El Mandatario, de visita en Cuba desde el domingo,
recordó que Estados Unidos tiene excelente relaciones con países donde no hay
sistemas pluripartidistas, como China, por lo que entiende que “no vemos a Cuba
como una amenaza a Estados Unidos”.
Cuando se le hizo el mismo planteamiento a Castro increpando
sobre la existencia de presos políticos en la isla, se produjo un momento un
tanto incómodo para el presidente cubano, que no entendía bien lo que el
periodista le decía y se confundía con el sistema de traducción.
Al final, le señaló cortante al reportero de origen
cubano-americano: “dame una lista de los pesos políticos con nombre y apellido
para soltarlos. Los soltamos esta misma noche”.
Hubo momentos jocosos en la velada
Obama bromeó sobre el largo de los discursos de los
hermanos Castro, mientras el presidente cubano, cuando se le preguntó si
prefería a Hillary Clinton o a Donald Trump como candidatos a la Presidencia de
Estados Unidos, respondió: “no puedo votar en Estados Unidos”, lo cual arrancó
carcajadas en la audiencia.
La prensa quería seguir bombardeando a ambos
presidentes con preguntas. Obama lucía relajado y sonriente, mientras Castro
medio en broma y medio en serio que “si me quedo aquí hacen 500 preguntas. Dije
que iba a contestar una, pero voy a contestar una y media”.
Las diferencias filosóficas en cuanto a ambos
sistemas matizaron las declaraciones de ambos dirigentes, pero Obama dejó claro
que su intención no es provocar cambios a la fuerza en el modelo cubano.
“El destino de Cuba serádecidido por los cubanos, no
por nadie más”, expresó Obama. “No podemos forzar el cambio en ningún país. El
cambio tiene que venir de adentro”, agregó.
Castro defendió la posición de su país sobre los
derechos humanos, al afirmar que Cuba cumple con 47 de 61 derechos humanos
establecidos por la Organización de las Naciones Unidas.
"Vamos a trabajar para que todos podamos
cumplir con todos los derechos humanos”, dijo Castro, quien enfatizó que en su
país la educación y la salud son derechos supremos.
El tema del bloqueo o embargo fue protagonista.
Castro reclamó directamente su fin, mientras Obama recurría el juego de pies y
señalaba que “el embargo caerá,
¿cuándo?, no estoy completamente seguro”. El Mandatario, sin embargo, sí
lo amarró al tema de los derechos humanos.
"Cuán rápido caiga el embargo va a depender de
cuánto avancemos en el tema de los derechos humanos”, indicó.
A Obama y Castro la historia los unió de nuevo, pero
esta vez en La Habana y en una visita oficial que marcará para siempre las
relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Obama se convirtió en el primer presidente que
visita el Palacio de la Revolución de Cuba al ser recibido por su homólogo
Castro para pláticas bilaterales.
Fue un momento histórico y sin precedentes para
ambos país, pues también por primera vez subieron las banderas de Estados
Unidos y se escuchó el himno estadounidense en este recinto.
Un largo estrechón de manos y sonrisas sostenidas
evidencias que estos dirigentes se entienden bien.
Fue una imagen de esas que no debe olvidarse nunca,
pues es evidencia pura de lo que la diplomacia y el diálogo pueden lograr
cuando se lo proponen. El momento fue tan dramático, que incluso Obama se
retrató frente a la imagen del guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara.
Obama llegó ayer a La Habana, pero no se encontró
con Castro. La reunión entre ambos presidentes ocurrió hoy dentro del marco de
las actividades diplomáticas del Mandatario estadounidense en suelo cubano.
Como parte de su día, Obama ofreció sus respetos en
el monumento a Martí en la Plaza de la Revolución, para luego sostener una
reunión de unas dos horas con Castro.
Al concluir el cónclave, ambos mandatarios se
dirigirán al mundo en unas breves declaraciones.
Luego de esa visita oficial, Obama asistió a un foro
económico entre Cuba y Estados Unidos, en la cual se prevé la presencia de
cuentapropistas cubanos. En la noche, será la acostumbrada Cena de Estado que
acompaña este tipo de visitas.
El programa diplomático arrancó temprano, con una
reunión entre los cancilleres Bruno Rodríguez, de Cuba, y John Kerry, de
Estados Unidos.
Obama agotará una jornada de tres días que incluirá
hasta un juego de béisbol.
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