PAPA PIDE A CURAS QUE SEAN MINISTROS DE MISERICORDIA Y AYUDAR A DESCARTADOS
CIUDAD DEL VATICANO (24 Marzo 2016).- El papa Francisco pidió este
jueves a los sacerdotes que sean "ministros de misericordia", que
ayuden al "pueblo descartado" y que no sean "prisioneros"
fascinados por "mil propuestas de consumo", durante la homilía de la
Misa Crismal del Jueves Santo que celebró en la basílica de San Pedro.
El papa celebró hoy una misa que rememora "el
día de la institución del sacerdocio" y por ello su homilía, como en
anteriores Jueves Santos, estuvo dedicada a los consejos para los sacerdotes.
"Como sacerdotes, nos identificamos con ese
pueblo descartado, al que el Señor salva y recordamos que hay multitudes
incontables de personas pobres, ignorantes, prisioneras, que se encuentran en
esa situación porque otros los oprimen", dijo el papa.
"Pero también recordamos que cada uno de
nosotros conoce en qué medida, tantas veces estamos ciegos de la luz linda de
la fe, no por no tener a mano el evangelio sino por exceso de teologías
complicadas", agregó.
Para el Papa, en algunas ocasiones los curas sienten
su "alma sedienta de espiritualidad, pero no por falta de Agua Viva (...),
sino por exceso de espiritualidades 'gaseosas', de espiritualidades
'light'".
Y también pueden verse "prisioneros, pero no
rodeados como tantos pueblos, por infranqueables muros de piedra o de
alambradas de acero, sino por una mundanidad virtual que se abre o cierra con
un simple 'click'" u "oprimidos pero no por amenazas ni empujones,
como tanta pobre gente, sino por la fascinación de mil propuestas de consumo"
que impiden "caminar libres".
El Papa recordó a los sacerdotes que son
"testigos y ministros de la misericordia" y que esta
"misericordia restaura todo y devuelve a las personas a su dignidad
original", en este Jueves Santo que se celebra en el marco del Año Santo
Extraordinario de la Misericordia.
Por ello, se refirió en su homilía a "dos
ámbitos en los que el Señor se excede en su misericordia": el del
encuentro y el del perdón.
En cuanto al primero, Jorge Bergoglio subrayó que
Dios "se da todo y de manera tal que, en todo encuentro, directamente pasa
a celebrar una fiesta", mientras que respecto al perdón, recordó que
"no sólo perdona deudas incalculables (...), sino que nos hace pasar
directamente de la vergüenza más vergonzante a la dignidad más alta sin pasos
intermedios".
En esta línea, aconsejó a los sacerdotes mantenerse
"siempre en esa tensión sana entre una digna vergüenza y una avergonzada
dignidad: actitud de quien por sí mismo busca humillarse y abajarse, pero es
capaz de aceptar que el Señor lo ensalce en bien de la misión, sin
creérselo".
"Esta avergonzada dignidad nos salva de
creernos, más o menos, de lo que somos por gracia", apuntó.
La celebración del Jueves Santo continuará esta
tarde, cuando el papa Francisco acuda a un centro de acogida situado a las
afueras de Roma para celebrar la misa que rememora la Última Cena y lavar los
pies a doce refugiados.
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