BRASILIA (27 Julio 2016).- La presidenta de Brasil,
Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones por un juicio de destitución, así
como su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, han declinado la invitación a
participar en la apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
El anuncio lo han hecho las oficinas de prensa de
ambos, que dejan "huérfana" la inauguración de la Olimpiada, al menos
según una interpretación de Rousseff en torno a la "maternidad" y
"paternidad" de la gran cita deportiva del planeta en Río de Janeiro.
"Me siento madre de estas Olimpíadas",
declaró Rousseff en una reciente entrevista, en la que apuntó que Lula, su
padrino político y promotor de la candidatura de Río, "es el padre"
de los Juegos.
Ambos fueron invitados por el Comité Olímpico
Internacional (COI) a participar en la apertura del evento el 5 de agosto en el
estadio Maracaná, a la que el presidente interino, Michel Temer, acudirá en
representación del Gobierno brasileño.
Temer sustituye a Rousseff desde el pasado 12 de
mayo, cuando se instauró el juicio político que la suspendió de sus funciones,
y está enemistado con la gobernante procesada y con Lula, que le acusan de
haber orquestado "un golpe" y una "ruptura democrática".
Fuentes del Partido de los Trabajadores (PT), al que
pertenecen Rousseff y Lula, explicaron hoy a Efe que la decisión de ambos de no
estar presentes en la inauguración de la cita olímpica responde, entre otras
razones, a que "no hay clima político" para ello.
Previamente lo había adelantado de alguna manera la
propia Rousseff en una entrevista que concedió este fin de semana, en la que
dijo que no participaría en ese evento "en una posición secundaria",
en franca alusión a que el Gobierno será representado por Temer.
En esas declaraciones, difundidas por Radio France Internacionale,
Rousseff insistió en que la celebración de los Juegos Olímpicos de Río
"fue fruto del gran trabajo" de Lula y en que "todos los
preparativos" estuvieron a cargo de su Gobierno. EFE
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