REPÚBLICA DOMINICANA EN LUGAR 95 EN PRIMER ÍNDICE INTERNACIONAL DE SEGURIDAD Y POLICÍA
Más de la mitad de los países latinoamericanos
figuran entre los peor posicionados del primer Índice Internacional de
Seguridad y Policía, presentado este jueves, que mide la eficiencia de los
cuerpos policiales y el resultado en términos de seguridad ciudadana.
La investigación, que ha tomado dos años de
mediciones y sondeos a la Asociación Internacional de Ciencias Policiales y al
Instituto para la Economía y la Paz, señala que los países donde hay una
democracia plena tienden a ser los que obtienen mejores resultados en seguridad
interna.
El Índice está encabezado por Singapur, un país
multiétnico con una gran estabilidad política y económica, y que desde su
fundación hace medio siglo dio extrema importancia al orden y a la seguridad
interna. Todos los países ubicados en las primeras veinte posiciones son
europeos -con excepción de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Japón- y de los
que España ocupa el décimo noveno lugar.
Por regiones, África subsahariana presenta los
peores resultados, pero varios países latinoamericanos aparecen en el listado
entre los países africanos.
Los otros países de la región que ocupan las peores
posiciones en el listado son Honduras (116), Bolivia (114), Paraguay (113),
Guatemala (107) y Perú (105), todos estos esparcidos entre países de África
subsahariana y por debajo de algunos en los que hay conflictos internos
latentes, como Birmania, o explícitos, como Yemen.
Colombia (puesto 96), República Dominicana (95) y
Brasil (94) son los otros países peor posicionados.
Hyslop explicó que, de manera general, los problemas
relativos al Estado de Derecho y la inestabilidad política generan espacios
para la aparición o el avance del crimen organizado. "Los entornos
altamente volátiles e inestables incentivan la corrupción y el pago de sobornos
a la policía", agregó el académico.
De otra parte, "cuando hay fuertes aumentos de
las tasas de homicidio, así como presencia del crimen organizado y de
terrorismo, muchas veces las principales víctimas son los propios policías, que
son impedidos así de cumplir sus funciones plenamente", comentó.
El escalafón comprende indicadores como los recursos
que un Estado asigna para la seguridad interna y si estos son utilizados de
manera eficiente, así como la percepción de la ciudadanía sobre la policía.
También se analizan las tasas de homicidio, de robos y asaltos, así como de
víctimas de terrorismo, los niveles de corrupción y el respeto de los derechos
humanos por parte de las entidades policiales.
Sin embargo, Hyslop precisó que la existencia de
altos números de policías, fuerzas armadas y de agentes privados de seguridad
no garantizan resultados buenos, si estos cuerpos no gozan de legitimidad
frente a la población.
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