KENTUCKY FRIED CHICKEN, MCDONALDS Y LOS TACOS BOWLS COMIDA PREFERIDA DE TRUMP
WASHINGTON (1 Diciembre 2016).- Thomas Jefferson puede haber sido el primer gourmet
de Estados Unidos. El Padre fundador desarrolló un gusto por la cocina
francesa, tenía un vasto huerto y apreciaba una dieta de la granja a la mesa.
Abraham Lincoln fue un comensal más modesto. Según
los historiadores, al 16º presidente "le gustaban las manzanas y el café
caliente", y no exigía mucho en la mesa.
Ronald Reagan era conocido por su gusto por lo
dulce. El presidente número 40 del país comía caramelos para dejar de fumar y
mantenía una reserva de dulces en la Casa Blanca.
Ahora, parece que un conocedor de la comida rápida
entrará en la Casa Blanca. El presidente electo Donald Trump es conocido por
preferir Kentucky Fried Chicken, McDonalds y los taco bowls que se hacen en la
Torre Trump.
Pero no es el primero. "La comida rápida se
abre paso a través de las puertas de la Casa Blanca. De vez en cuando,
presidentes o incluso huéspedes piden un Big Mac o algo similar, y el Servicio
Secreto va a recogerlo", dijo William Seale historiador y editor de la
White House Historical Association. "Los hijos de Carter lo hicieron y
George W. Bush, también".
Bill Clinton también era conocido por disfrutar del
menú de McDonald, tanto así que sus hábitos alimenticios fueron parodiados en
Saturday Night Live.
Después de todo, los hábitos alimenticios de los
presidentes de Estados Unidos parecen reflejar las dietas en constante
evolución de los estadounidenses, dijo Suzy Evans, agente literaria,
historiadora y y autora del libro para niños Abraham Linc0ln's Lunch (El
almuerzo de Abraham Lincoln)
"La historia culinaria presidencial podría
parecer insignificante o incluso trivial", dijo Evans. "Pero si se
mira de cerca, puede enseñarnos mucho sobre la historia social, cultural y
política de Estados Unidos, y la rica y venerable historia de gastronomía,
diplomacia y la presidencia estadounidense".
El Presidente que solo quería pan de maíz
Cuando se trata del interés de Estados Unidos en la
comida, hubo un enamoramiento de la cocina europea a finales de 1700 y
principios de 1800. Eso pareció cambiar en torno a finales del siglo XIX, un
cambio que se reflejó en las preferencias alimentarias de James Polk, el
presidente número 11 de Estados Unidos.
"El presidente Polk era un comedor muy, muy
exigente, y no le gustaba la comida de lujo que llegaba por la cocina de la
Casa Blanca", dijo Seale. "Él escribió acerca de un banquete en su
diario: 'Vi la comida y no podía decir qué era. Debe haber sido francesa'...
Así que pidió verdura y pan de maíz".
Antes de 1950, casi todos los presidentes optaban
por alimentos naturales del huerto, dijo Seale. Franklin Roosevelt y Harry
Truman preferían platos como judías verdes, nabos, remolacha y otros productos
agrícolas, preparados de las maneras más simples.
"Los Roosevelt solían enviar cosas desde su
huerto Hyde Park hasta la Casa Blanca", dijo Seale.
"Bebían leche entera pura, comían carne y otros
productos de su granja", dijo.
A finales de 1800, las grandes comidas y estilos de
vida cada vez más sedentarios se convirtieron en la norma para los
estadounidenses más ricos.
Como resultado, varios presidentes en la mitad del
siglo XIX al siglo XX, desde William Howard Taft a Theodore Roosevelt, tenían
cuerpos robustos, dijo Amy Bentley, historiadora y profesora de estudios sobre
alimentos en la Universidad de Nueva York.
"Esta es una época de aumento de oferta de
alimentos y de la industrialización de los alimentos. Para los hombres en
particular, los cuerpos grandes significan poder", dijo Bentley. "Un
cuerpo grande, voluminoso, en efecto, estaba diciendo: 'Yo no tengo que hacer
trabajo manual' y 'tengo suficiente comida'".
En la época posterior a la Segunda Guerra Mundial,
la población estadounidense comenzó a sufrir problemas de salud asociados con
el consumo excesivo de alimentos, como enfermedades cardíacas e hipertensión.
Dwight D. Eisenhower, por ejemplo, sufrió un ataque
al corazón en 1955. Después, el presidente 34 modificó su dieta, evitando las
grasas.
Muchos presidentes desde Eisenhower han seguido
dietas saludables.
"Ketchup en queso cottage por salud"
Evans describe este tipo de dietas enfocadas en la
nutrición como "comida-como-combustible".
"Saludable, la comida-como-combustible podría
incluir a Woodrow Wilson, un presidente en tiempos de guerra, y John F.
Kennedy, y mientras Barack Obama se entrega de vez en cuando a las pizzas,
hamburguesas y helados, el huerto de los Obama en la Casa Blanca es parte de
una larga tradición culinaria", dijo Evans.
Además, "Richard Nixon untaba ketchup sobre el
queso cottage por razones de salud", dijo.
A finales del siglo XX, los estudios nutricionales
relacionaron el peso con problemas de salud y las enfermedades del corazón con
la dieta, dijo Bentley. Por lo tanto, las nociones de una dieta saludable
jugaron un papel más importante en los hábitos alimenticios de los presidentes.
"En algún momento, el desayuno cambió de huevos
fritos y tocino a cereales, leche descremada, pan tostado, café, zumo. Así se
empiezas a ver en los estilos alimenticios presidenciales un reflejo de las
tendencias nacionales", dijo Bentley.
Clinton, cuyo gusto por la comida chatarra y los
dulces mientras estuvo en la Casa Blanca era bien conocido, adoptó una dieta
más saludable terminado su mandato. Ahora se considera a sí mismo un vegano.
"Tuve la suerte de no haber muerto de un ataque
al corazón", dijo Clinton, sobre sus hábitos alimenticios en una
entrevista de 2011 con el corresponsal médico de CNN, el doctor Sanjay Gupta.
Este enfoque también fue evidente en la década de
2000, durante el gobierno de George W. Bush.
"Puede ser que los presidentes anteriores
estuvieran igualmente atentos a su salud, pero con George W. Bush se considera
importante promover sus hábitos saludables como una manera de dar forma a su
personaje", dijo Bentley. "Eso irá a toda marcha con los Obama".
¿Un retroceso?
Los Obama no solo introdujeron comidas y refrigerios
más saludables en la Casa Blanca, sino que también abordaron una mejor
alimentación como una cuestión nacional, con la primera dama Michelle Obama
liderando la iniciativa 'Let's Move'.
"Su huerto es una cosa seria, algo permanente
para los residentes de la Casa Blanca por venir", dijo Seale.
Ahora, con la administración Trump, dijo Bentley,
podríamos ver un modelo alimenticio diferente, que podría ser algo así como un
"retroceso a la época de la Segunda Guerra Mundial cuando hubo un
enamoramiento de las cualidades de la comida rápida".
Por
JACQUELINE HOWARD/CNN
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