DONALD TRUMP LLEGA A LA CASA BLANCA CON EL ÍNDICE DE APROBACIÓN MÁS BAJO DEL SIGLO XXI
WASHINGTON (20 Enero 2017).-Al menos de una manera, Donald Trump ya
superó a sus antecesores en la presidencia. Barack Obama estuvo 18 meses en la
Casa Blanca antes de que su índice de aprobación cayera a 44 por ciento, según
Gallup, y George W. Bush tardó cuatro años y medio en llegar al mismo punto.
Trump ya alcanzó esos niveles sin siquiera tomar
posesión.
Este viernes, Trump asumirá el cargo con menos apoyo
popular que cualquier presidente de la era moderna estadounidense, según varias
encuestas, en una muestra de que ha fracasado en atraer a votantes, más allá de
quienes lo respaldaron en noviembre. En vez de ser un momento unificador, su
transición al poder ha continuado con la polarización que se vivió durante la
elección del año pasado.
Otros presidentes han dedicado las semanas
anteriores a su asunción a dejar de lado las animosidades de la campaña e
intentar unir al país. Trump ha utilizado ese tiempo como si fuera una estrella
de lucha libre en la televisión. Ha criticado a un icono de la lucha por los
derechos civiles, a una actriz de Hollywood, a las agencias de inteligencia, a
contratistas de defensa, a líderes europeos y al presidente Obama. El tema de
sanación que ha habido en otros ciclos presidenciales ha estado ausente.
Dos nuevas encuestas publicadas el martes, una de
CNN y ORC, y la otra de The Washington Post y ABC News, hallaron que solo 40
por ciento de los estadounidenses ven con buenos ojos el desempeño de Trump
camino a la toma de posesión. NBC News y The Wall Street Journal le dan una
tasa de aprobación de 44 por ciento, lo que los encargados del sondeo llamaron
el índice más bajo para cualquier presidente entrante en la historia de Estados
Unidos.
Obama llegó al cargo con 68 por ciento de aprobación
y Bush lo hizo con 57 por ciento, de acuerdo con cifras de Gallup. Ambos
enviaron mensajes a favor de la inclusión y de tender la mano a la oposición en
el tiempo en que entraban al puesto, aunque el sentimiento no siempre fue
duradero.
Los asesores de Trump dijeron que su inesperada
llegada al poder demuestra que las mediciones tradicionales ya no importan
mucho. Si uno se basara en encuestas, Trump no sería presidente, dijeron.
Aun así, las bajísimas cifras claramente irritan a
Trump, quien se pronunció el martes en Twitter. “La misma gente que hizo los
sondeos electorales falsos, y se equivocaron tanto, ahora está haciendo
encuestas de tasa de aprobación”, escribió. “Están igual de amañadas que
antes”.
Aunque algunos sondeos en estados reñidos en el
Medio Oeste estadounidense quedaron lejos de los resultados de la elección, las
encuestas nacionales por lo general estuvieron a solo un punto porcentual del
voto popular. Hillary Clinton ganó este con 48 por ciento, mientras Trump sumó
46 por ciento.
“Todos los presidentes empiezan con cierto nivel de
buena voluntad por parte del congreso, que en algún momento desaparece”, dijo
Phil Schiliro, el director legislativo de Obama durante el primer mandato de
este. “Conforme caen los índices de aprobación, esa buena voluntad se va
bastante rápido, y eso dificulta sumar al congreso a las prioridades del
presidente”.
Pero algunos republicanos aseguran que Trump ha
cambiado por completo las reglas. “Sondear más y más es como rendirle culto a
un dios falso”, dijo Ron Kaufman, estratega de campañas republicano y director
de política en la Casa Blanca durante la presidencia de George H. W. Bush.
“Todos lo hacemos, pero es un dios falso. Y creo que ya no es confiable”.
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