EN PUERTO RICO, CERO AUMENTOS PARA EMPLEADOS PÚBLICOS HASTA EL 2021
SAN JUAN, Puerto Rico (30 Enero 2017).- Al amparo de la crisis fiscal, el gobernador Ricardo
Rosselló dio paso a la Ley 3, un estatuto que recoge la mayoría del contenido
de la Ley 66, creada bajo la pasada administración, pero que tiene el efecto de
congelar los convenios colectivos de empleados públicos hasta el 2021 y
establecer dos fondos para lidiar con las deficiencias económicas del Estado.
La ley extiende los postulados de la Ley 66 y va
tomada de la mano de la recién creada reforma laboral y de la medida, que aún
trabaja la Legislatura, para establecer el concepto del empleador único.
Entendidos en el tema entrevistados por este diario opinaron que la nueva ley
podría agravar aún más la “difícil” situación de los empleados públicos, en
especial, de aquellos que no tienen buenas condiciones laborales en el
gobierno.
La Ley 66 de Sostenibilidad Fiscal, ideada por el
exgobernador Alejandro García Padilla en el 2014, vencía este año e imponía un
recorte en gastos a todo el gobierno, lo que impedía honrar las cláusulas
económicas de los convenios pero dejaba la puerta abierta para los diálogos
entre las partes conducentes a mantener aspectos económicos de los convenios,
si se lograban economías en las agencias.
La Ley 3 fue firmada por Rosselló el pasado 23 de
enero y prácticamente pasó desapercibida ante la discusión de la Ley de Reforma
Laboral. En ese momento, solo trascendió que el estatuto, denominado “Ley para
atender la crisis económica, fiscal y presupuestaria para garantizar el
funcionamiento del Gobierno de Puerto Rico”, faculta al gobernador para remover
a los miembros de las juntas directivas de las corporaciones públicas para
colocar en ellas personas afines a su política pública. También se anunció que
la ley extiende a diez años el arbitrio de 4% sobre las corporaciones foráneas.
Pero el nuevo estatuto, con vigencia hasta el 1 de
julio de 2021 -o el 1 de julio de cualquier año fiscal dependiendo de la salud
fiscal- hace mucho más. Deja a un lado los convenios colectivos, crea un fondo
-producto del ahorro en las agencias y las corporaciones- para “atender la
crisis fiscal del Fondo General”. De acuerdo con las proyecciones de efectivo
del erario, el gobierno tendrá un déficit de $2,295 millones a partir del 1 de
mayo.
La ley también establece otro fondo, a nutrirse de
los ahorros en la Administración de Compensación por Accidentes de Automóviles
y la Corporación para el Fondo del Seguro de Estado, que será destinado para
servicios y terapias a estudiantes de Educación Especial.
Ley “necesaria”
El secretario de Asuntos Públicos de La Fortaleza,
Ramón Rosario Cortés, defendió el estatuto ante la crisis fiscal del gobierno,
cuyo déficit al cierre del año fiscal podría alcanzar los $7,000 millones.
“Es una ley necesaria que incluso ha sido reconocida
por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) a la hora de darle un alivio a Puerto
Rico con la extensión del plan fiscal y la paralización delitigios de
acreedores”, dijo.
La JSF concedió hasta el 28 de febrero para entregar
un plan fiscal y extendió la moratoria contra demandas hasta el 1 de mayo de
este año.
La Ley 3 adelanta que la reforma contributiva y la
energética, que aún no han sido presentadas por la administración Rosselló,
complementarán el estatuto. En esa misma línea, acoge como necesaria la
extensión de la Ley 154 por entender “que este arbitrio ha demostrado
funcionar”. Anualmente, esta ley representa 20% ($1,850 millones) de los
recaudos al Fondo General.
Pero el representante popular Manuel Natal, quien se
opuso a la ley cuando bajó al pleno de la Cámara, dijo que hay un “peligro”. “No ha habido una
expresión del Congreso avalando o impidiendo la Ley 154. Eso es lo peligroso de
este ingreso. En cualquier momento puede venir Rentas Internas y decir que no
va a permitir esto como un deducible en la planilla federal de las empresas
foráneas”, advirtió el representante, quien aún así, está a favor de la
extensión de la Ley 154 y no la Ley 3 por lo que incluye.
Mientras que el exsecretario del Trabajo, Ruy
Delgado, dijo que no ve “muy claro” en la Ley 3 “las medidas que se toman para
asegurarnos que los servicios esenciales se van a brindar. La ley dice que sí,
pero no surge de la ley qué es lo que se va hacer. Es posible que estén
pensando que la combinación de otras medidas puedan provocar eso”.
“Le hace la vida más difícil al empleado público. Es
así porque estamos hablando de medidas de austeridad bien serias y bien
tajantes. Claro, no le quita vacaciones, pero crea una situación difícil”, sostuvo
no sin antes recalcar que la Ley 3 no atienda los salarios excesivos de los
jefes de agencia. “Eso hay que atenderlo. Siempre se proyecta que las medidas
son para unos y para otros no”, dijo.
Así las cosas, el estatuto busca establecer
“responsabilidad fiscal”. Por ello, comienza con dejar claro que “no se
concederán aumentos en beneficios económicos ni compensación monetaria
extraordinaria a los empleados de la rama ejecutiva”.
“Esta ley no permite la negociación alterna. En ese
sentido es una preocupación para todos los sindicatos por que hubo un proceso
donde todos los sindicatos aportamos más de $1,000 millones. Ahora está la ley,
la de reforma laboral, el empleador único... todas nos van a afectar. Esta Ley
3 acabaría con los trabajadores en Puerto Rico”, dijo Pedro Irene Maymí,
presidente de la Central Puertorriqueña de Trabajadores, que cobija a más de 20
sindicatos en Puerto Rico del sector público y privado.
La Ley 3 también establece que las licencias con
sueldo estarán disponibles, pero obligan al empleado a quedarse en el empleo
por el doble del tiempo tomado en licencia. “Eso no estaba en la Ley 66. Da la
impresión de que los acuerdos logrados se revierten. La Ley 45 (de sindicación
de empleados públicos) en la práctica la elimina. El efecto va a ser
empobrecerel País y provocar la emigración masiva y posiblemente despidos
injustificados”, dijo Irene Maymí.
Rosario Cortés aseguró que la Ley 3 permite la
negociación con los sindicatos siempre y cuando “lo que ellos estén pidiendo
logre reducciones en el gobierno”.
Igualmente, la Ley 3 establece que los convenios
colectivos expirados a la fecha de la aprobación de la ley o que expiren
mientras esté vigente, serán extendidos, pero no así sus respectivas cláusulas
económicas.
Grichelle Toledo, secretaria general interina de la
Asociación de Maestros- Local Sindical, dijo que la nueva ley les impacta de
manera directa y adversa. Explicó que este año se disponían a negociar con el
gobierno cláusulas económicas tras ser certificados el año pasado como
representante exclusivo de los maestros, quienes no reciben aumentos de
salarios hace más de ocho años. “Ahora, vamos a concentrarnos en darle
seguimiento a las cláusulas no económicas que nos quedan (por negociar)”,
sostuvo con resignación.
“Ahora mismo la situación económica de la mayoría de
los maestros es una difícil. Los maestros empiezan en un salario básico de
$1,250 (mensuales) y no cualifican para ninguna ayuda gubernamental”, dijo
Toledo.
Confrontado con el argumento de los líderes
sindicales de que este estatuto empobrecerá al servidor público, Rosario
Cortés, abundó en la realidad de la crisis fiscal. “Todo el mundo sabe que el
gobierno de Puerto Rico no tiene dinero, que tiene una crisis fiscal, que hemos
estado amenazados -por mucho tiempo- con un cierre. No tenemos los recursos
para darle los aumentos a los empleados públicos. Lo que sí tenemos es la
responsabilidad de hacer los ajustes que sean necesarios a nivel fiscal para
retener los empleos a esos empleados públicos”, sostuvo.
El transporte escolar es atendido en la ley -al
igual que en la Ley 66- reconociendo que, por años, ha sido un dolor de cabeza
para el Departamento de Educación. Autoriza a la secretaria de Educación, a
tomar “medidas y estrategias alternas, incluyendo la subcontratación y
cancelación de contratos, para maximizar la efectividad y costo eficiencia en
el transporte escolar”.
La Ley 3 también establece que el gobernador podrá
remover a cualquier miembro de una junta de directores de una “corporación
pública, agencia, dependencia o instrumentalidad pública o de cualquier entidad
que reciba subsidios del gobierno”.
“Eso me parece que sería nuevo en Puerto Rico. Si
estamos hablando de juntas del gobierno, es otra cosa. Me parece que eso es
sumamente peligroso si es toda organización sin fines de lucro de la sociedad
civil la que va a estar afectada”, afirmó Delgado.
Además, congela el presupuesto al vigente durante
este año fiscal que la Universidad de Puerto Rico (UPR) recibe del Fondo
General, el de la Rama Judicial y la Legislatura. También le aplica a agencias
adscritas a la Legislatura, como la Oficina del Contralor.
“Por lo menos eso da un año de respiro para nosotros
continuar buscando las opciones que tenemos que hacer de recorte adicional, porque
nosotros tampoco frente a la situación del pueblo, no nos podemos quedar
eternamente con esa congelación”, dijo la presidenta interina de la UPR,
Celeste Freytes.
La medida además incluye todas las órdenes
ejecutivas de Rosselló que buscan austeridad en el gobierno, así como reducción
de gastos fueron incluidas en la Ley 3. “Las hicimos ley para que no pase lo
que siempre pasaba que el gobernador (de turno) las hacía y después nunca se
cumplía”, aseveró Rosario Cortés.
Delgado opinó que el gobierno reduciría más gastos
si en vez de traer gente de afuera a los puestos de confianza, ubicaba ahí
personal de carrera de las mismas agencias.
Por
GLORIA RUIZ KUILAN/Endi.com
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