CULIACÁN, Sinaloa (2 Febrero 2017).- El derecho granmense
Lázaro Blanco, cual enigma indescifrable, guió a los Alazanes cubanos a su
primera victoria en la edición 59 de la Serie del Caribe, en suelo azteca,
contra los Tigres del Licey, máximos ganadores de estas lides.
Preciso, calmado, el gigante derecho fue dueño del
box, amo y señor del partido, y por supuesto, fuente de inspiración para toda
una novena que jugó al béisbol con seguridad y confianza, dos detalles que en
ocasiones no valoramos a la par de la garra y la combatividad.
Los Alazanes, debutantes en estos clásicos, se
movieron como veteranos, y nada menos que contra los Tigres del Licey, el
combinado dominicano con más de 100 años de historia, el equipo con mayor
cantidad de lauros en el universo beisbolero del Caribe.
Blanco tiró 107 lanzamientos, de ellos 62 strikes y
buena parte de sus bolas bordeando la zona. Nunca se regaló y estuvo muy bien
guiado por Frank Camilo Morejón, quien realizó una labor espectacular
enmarcando pitcheos. Fue un dibujante en la lomita por espacio de seis entradas
y un tercio, tras las cuales le dio paso a un Liván Moinelo en plan estelar,
como acostumbra en situaciones de vida o muerte.
«Me había enfrentado a República Dominicana en los
Panamericanos de Toronto, pero esto es otra cosa, por eso realizamos un
“escouteo” profundo de sus debilidades», aseguró Lázaro, quien supo salir de
todas las complicaciones, como en el
sexto capítulo, cuando dio escón de ponches después de que se le
embasaron dos hombres.
«Estuve todo el tiempo pendiente de dejar la bola
abajo y trabajar con control. Tenía información de que a ellos les costaba
batear los rompimientos y los ataqué con la slider y el cambio. Después se
adaptaron a esos lanzamientos lentos y dependí más de la recta», explicó el as
en conferencia de prensa.
Y si Lázaro Blanco cargó en sus hombros el peso del
conjunto antillano, Roel Santos fue el encargado de encender la chispa. El
hombre proa se encontraba fuera de la alineación inicial anunciada por Cuba
contra el pitcher zurdo Yohan Flande, pero los dominicanos cambiaron de abridor
y entonces el patrullero entró en escena.
Pegó un triple abriendo el choque, anotó por wild
pitch, y después se encargó de rematar a los oponentes con un doble de dos
carreras. «No importa si me voy a enfrentar a un zurdo o un derecho, salgo
siempre enfocado en los turnos. Es cierto que no estaba en la primera
alineación, pero no me preocupé, aquí todos tendremos oportunidades de aportar
por Cuba», expresó Roel, quien ya aseguró su titularidad en el siguiente
partido contra los Criollos de Caguas, de Puerto Rico.
«Se lo ganó a palo limpio, sea cual sea el pitcher
va a abrir regular. El resto de la alineación también se mantendrá, y si el
lanzador es zurdo solo cambiaremos a Guillermo Avilés por Denis Laza. Somos un
equipo profundo y tenemos otras opciones, como colocar a Ayala en tercera y
Manduley de torpedero. Esperemos a ver cómo evolucionan todos», aseguró el
manager Carlos Martí, siempre sobrio en sus intervenciones.
«Es una primera victoria importante, pero todavía
falta ganar al menos otro partido para clasificar a semifinales. Nuestra
filosofía se basa en ir partido a partido, sin volvernos locos, porque aquí
todos los rivales son fuertes y no siempre los partidos serán tan favorables»,
añadió el timonel.
En las Series del Caribe de San Juan (2015) y Santo Domingo
(2016), clasificamos a semifinales con una sola victoria, lograda en ambos
casos avanzada la lid. Ahora no solo se ganó el primer partido, sino que se
hizo el trabajo convincentemente, aprovechando los errores rivales, defendiendo
a un nivel altísimo y con la labor perfecta de los serpentineros.
Despojarse de la presión y salir al terreno
enfocados en la labor individual que cada uno debe cumplir ha sido crucial para
los Alazanes, que ahora tendrán que buscar otro triunfo para sellar su pase a
los partidos de vida o muerte la semana próxima.
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