NICOLE KIDMAN DA LA RAZÓN A SU MARIDO Y ADMITE QUE ES UNA MANÍACA DEL SEXO
PARÍS, Francia (24 Julio 2019).- Keith Urban
ha dedicado a su esposa Nicole Kidman su canción Gémini, una oda a su esposa a
la que califica como "una maníaca en la cama". Ahora la actriz
australiana Nicole, de 52 años, ha admitido que no le importa ser la musa de su
marido, el famoso cantante de música country.
Hablando en
el programa Kyle And Jackie O de KIIS FM, la estrella de Moulin Rouge
dijo: “Nunca voy a censurar su arte
cuando me he convertido en su musa”, reconocía la actriz, que aseguraba que
escuchar algo así “le daba vergüenza” pero que al mismo tiempo era “mejor que
oírle cantar que “soy una aburrida y que debería esforzarme”. En otro momento
del tema afirma que "tu mujer te despierta en mitad de la noche para
hacerte el amor”.
El sencillo
no pasó desapercibido e incluso despertó algunas críticas. "Es solo una
canción divertida y sexi sobre mi mujer", aseguró el cantante al diario
The Daily Telegraph. “Si pienso todo eso sobre ella, ¿cuál es el problema?”, ha
insistido. No obstante, según la revista Vanity Fair, Urban dudó antes de dejar
las confesiones íntimas por escrito. “Mi primera reacción fue, ‘No sé si
debería decir eso”, ha reconocido el músico a la revista Rolling Stone. Pero
según ha precisado Vanity Fair, su letrista Michael le ayudó a decidirse
después de que le pidiesen que describiese a la actriz.
La pareja,
que celebró el pasado mes de junio 12 años de matrimonio, ha sabido convertir
una unión en la que pocos confiaban, en un ejemplo de complicidad y de cómo
saber gestionar los numerosos períodos en los que se separan a causa de sus respectivos
trabajos. Algo que consiguen con mucha conversación telefónica y evitando los
mensajes escritos que puedan dar lugar a malinterpretaciones. Ambos se
acompañan en sus respectivas alfombras rojas, aunque el glamour —también la
altura— de la actriz que estuvo casada con Tom Cruise, eclipse la mayoría de
las veces la imagen del cantante a quien se le nota que se encuentra más cómodo
vestido con vaqueros y camiseta y escudado tras su guitarra
Las muestras
de cariño que se prodigan en público y la felicidad que ninguno de los dos
trata de esconder, también conoció momentos espinosos. Solo cuatro meses
después de conocerse, Keith Urban ingresó durante 90 días en la clínica Betty
Ford para seguir un tratamiento de desintoxicación. “Durante mucho tiempo el
alcohol y las drogas, sobre todo el éxtasis y la cocaína, eran lo mío. Puedo
decir que me encantaban”, ha confesado el cantante en más de una ocasión.
A pesar de
hablar tan claramente, Urban nunca fue ese tipo de duro rockero que destroza
habitaciones y salta de cama en cama. Antes de que apareciera la protagonista
de Australia o El secreto de una obsesión, el cantante mantuvo una relación
sentimental de ocho años con Laura Sigler, asistente de veterinaria. Después
tampoco ha dudado en dar a su mujer el importante lugar que ocupa en su vida:
“Cuando conocí a Nicole volví a nacer. Por primera vez en mi vida sentí que de
verdad podía deshacerme de los grilletes de la adicción sin recaer
constantemente”.
No es muy
conocido en Europa pero su música sigue llenando los recintos en los que actúa
y su imagen ha ganado puntos en Estados Unidos desde que participó hace unos
años como coach en La Voz y como jurado en el concurso American Idol. Cuando
gana un premio siempre se acuerda de mujer y sus hijas, Sunday Rose, que tiene
11 años, y Faith, de ocho, nacida por vientre de alquiler y muy semejante
físicamente a su madre. “Muchas gracias baby, te quiero mucho”, le dijo el
cantante a su esposa al recoger un galardón como mejor artista de los Premios
ACM: "Te quiero a ti y a nuestras chicas”. Y las cámaras inmortalizaron la
lágrima que corrió por la mejilla de Nicole Kidman.
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