CIUDAD DEL
VATICANO (22 Octubre 2019).- El Vaticano negó este martes tener problemas financieros y
calificó de exageradas las denuncias al respecto hechas en un nuevo libro.
Lo único que
se necesita es reducir costos mediante “una revisión de los gastos”, declaró el
arzobispo Nunzio Galantino, director del departamento de bienes raíces y demás
propiedades del Vaticano, al diario Avvenire de la Conferencia Episcopal
Italiana.
Sus
declaraciones salen al paso de revelaciones hechas en el libro “Juicio
Universal” del autor italiano Gianluigi Nuzzi, que han suscitado especulaciones
sobre las finanzas de la Santa Sede y sobre las promesas hechas por el papa
Francisco.
El Vaticano
no ha publicado un presupuesto desde el 2015 y lleva más de dos años sin un
auditor interno, el equivalente de un ministro de economía, lo que ha
alimentado suspicacias sobre el estado sus finanzas.
Las
conjeturas se intensificaron tras el estallido de un nuevo escándalo financiero
este mes cuando la policía vaticana allanó las oficinas de la Secretaría de
Estado y de la Unidad de Inteligencia Financiera, en busca de documentos sobre
una inversión dudosa de 150 millones de euros en bienes raíces en Londres.
La orden de
allanamiento, extractos de los cuales fueron publicados por la revista
L’Espresso, menciona fraude, lavado de dinero y abuso de poderes en relación
con la inversión londinense y las gestiones del Vaticano por renegociar el
acuerdo e identificar a las personas responsables.
El escándalo
dejó al descubierto las inmensas sumas del dinero que el Vaticano tiene a su
disposición _incluyendo las donaciones que entregan los fieles para fines
caritativos_ y la aparente incompetencia de los funcionarios de la Santa Sede
para manejarlo.
En base a la
orden de allanamiento, L’Espresso reportó que la Secretaría de Estado estaba
administrando extraoficialmente unos 650 millones de euros “derivados
mayormente de donaciones recibidas por el Santo Padre para obras de caridad y
para el sustento de la curia (la burocracia del Vaticano)”.
L’Espresso
reportó que en 2012 el Vaticano consideró invertir unos 200 millones de dólares
de ese dinero en una plataforma petrolera en Angola, en base a una propuesta
del cardenal Angelo Becciu, entonces administrador del Vaticano y otrora
embajador en Angola.
La propuesta
eventualmente fue rechazada al ser considerada una inversión insegura. En lugar
de ello, el dinero fue invertido en convertir un almacén de la tienda Harrod’s
en Londres en un conjunto residencial de apartamentos de lujo. Pero incluso ese
proyecto fracasó, cuando el sucesor de Becciu se percató en el 2018 de que los
inversionistas italianos estaban defraudando al Vaticano, e intentó comprar su
participación.


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