WASHINGTON (24 Enero 2020).- El presidente Donald
Trump dijo el viernes que era un "profundo honor" ser el primer
presidente en asistir a la reunión anual en contra del aborto en Washington
llamada Marcha por la Vida.
Aprovechó su discurso para atacar a los demócratas
por aceptar "posturas radicales y extremas" en cuanto al aborto y
elogió a quienes asistieron al evento, diciendo que estaban motivados por el
"amor puro y desinteresado".
También reiteró las medidas que ha tomado como
presidente y que fueron solicitadas por conservadores, incluso la confirmación
de 187 jueces federales.
"Los niños nonatos nunca han tenido un defensor
más fuerte en la Casa Blanca", declaró.
Durante una entrevista de 1999, Trump dijo ser "pro-choice"
(defensor del derecho al aborto) "en todos los aspectos". Ahora, al
dirigirse a las elecciones de 2020, Trump sigue llegando a los votantes
evangélicos que han demostrado estar entre sus seguidores más leales.
"Cada vida trae amor a este mundo. Cada niño
trae alegría a una familia. Cada persona merece ser protegida", dijo Trump
ante enormes vítores de los varios miles de participantes a la marcha.
Trump busca el apoyo de su base de activistas
conservadores para poder llegar a la meta.
"Creo que es una medida brillante", dijo
Ralph Reed, jefe de la Coalición Faith and Freedom (Fe y Libertad) y uno de los
seguidores evangélicos más reconocidos de Trump. Reed dijo que la asistencia
del presidente "energizará y recordará a los votantes provida del gran
amigo que este presidente y gobierno han sido".
También demuestra cuánto han cambiado los tiempos.
Los presidentes anteriores que se oponían al aborto,
incluidos Ronald Reagan y George W. Bush, se mantuvieron alejados de asistir
personalmente a la marcha para evitar ser asociados tan estrechamente con los
manifestantes deseosos de penalizar el procedimiento. Enviaban sus comentarios
para que otros los hicieran, se conectaban por teléfono o invitaban a los
organizadores a visitar la Casa Blanca.
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