Llegó el 2020, año que trae consigo grandes
expectativas en torno al panorama político dominicano, y es que se acerca la
hora cero para que la población acuda a
las urnas a elegir alcaldes, concejales, directores de distritos y vocales en
las elecciones municipales de febrero, proceso éste, que incidirá en lo que habrá de ocurrir en
las votaciones presidenciales y congresuales del 17 de mayo próximo.
Los partidos y agrupaciones políticas tendrán que
emplearse a fondo para tratar de ganar
la mayor cantidad de Ayuntamientos y Distritos Municipales posibles,
principalmente en las provincias que
concentran una gran proporción de sufragantes, claro está, sin descuidarse en
las demás haciendo énfasis en donde sus candidatos presenten dificultades porcentuales o niveles de
rechazo que puedan propiciar una derrota.
De hecho, ya ese levantamiento ha de suponerse,
que debe estar debidamente cotejado por
la cúpula de las principales entidades
partidarias, especialmente las de oposición, y fajarse a trabajar de sol
a sol, si es que quieren resultados
favorables, para que después que les den los “pencotazos”, no estén tratando de confundir al pueblo,
hablando de algoritmos, de compra de votos o de utilización de los recursos del Estado, como las causas de su
derrota.
Ha llegado el tiempo de la vendimia para quien
haya sembrado buena semilla, tiempo de
saber quién resultará más convincente
ante el electorado, si es aquel hombre de trabajo, con cara de pueblo y cercano a la gente o
aquellos que solo se ufanan de la elocuencia de sus palabras y su desmedido e
incontrolable afán de poder.
Por LEONARDO CABRERA
leonardocd04@hotmail.com
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