EL BATERISTA JIMMY COBB MUERE A LOS 91 AÑOS EN ESTADOS UNIDOS
NUEVA YORK (25 Mayo 2020).- El batería Jimmy Cobb,
conocido por una amplia discografía que incluye apariciones en numerosos
álbumes de Miles Davis, incluido el memorable “Kind of Blue” de 1959, murió
este lunes en su casa de Manhattan a los 91 años debido a un cáncer de pulmón,
según informó su esposa a medios locales.
Cobb fue miembro de la banda de Davis entre 1957 y
1963, último superviviente de lo que se denominó como el primer gran sexteto de
Miles Davis. Mantuvo ese título durante casi tres décadas, sirviendo como
conducto para muchas generaciones de fanáticos del jazz.
Jimmy Cobb apareció en varios de los álbumes del
trompetista, incluyendo, entre otros, “Porgy and Bess” (1959), “Sketches of
Spain” (1960), “Miles Davis in person: Friday Night at the Blackhawk” (1961) y
“Miles Davis en el Carnegie Hall” (1962).
Fue un batería de buen gusto conocido por su pulso y
ritmo, que evitó la ostentación llamativa, según los expertos, que recuerdan
que Cobb se sentía cómodo con el papel de acompañante. Fue una cualidad que lo
convirtió en un colaborador codiciado durante décadas.
Durante una carrera intensa que comenzó a fines de
la década de 1940, Cobb actuó con los nombres más importantes del género, como
Billie Holiday, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, John Coltrane, Clark Terry,
Sarah Vaughan, Cannonball Adderley, Wes Montgomery, Dinah Washington, Ron
Carter, Nancy Wilson, Wayne Shorter, Brad Mehldau, Roy Hargrove o Christian
McBride.
Nacido en Washington DC, James Wilbur Cobb llegó al
mundo el 20 de enero de 1929.
Cuando comenzó a tocar la batería de joven, sus
influencias clave incluyeron a Max Roach y Kenny Clarke.
Antes de cumplir 20 años, baterista ya estaba
ofreciendo conciertos de alto perfil, como los que dio junto a Billie Holiday
durante una temporada en la capital estadounidense o en el programa itinerante
de Symphony Sid, donde pasó una semana junto a Charlie Parker y Miles Davis.
Cobb nunca rehuyó su condición de vínculo viviente
con el venerable pasado de la música, enfatizando lo que veía como una vida de
buena suerte. “He estado en el lugar correcto en el momento correcto muchas
veces”, dijo a la prensa en varias ocasiones.
El músico continuó actuando y enseñando en todo el
mundo hasta el final de su vida.
Su familia, su esposa, Eleana Steinberg Cobb, y sus
dos hijas, Serena y Jaime, quienes le sobreviven, organizaron la mayor parte de
sus juegos y enseñanzas a medida que él crecía.
Los estudiantes nunca dejaron de preguntar cómo
dominar ese platillo ligero e insistente, algo que hizo sonar tan fácil, pero
rápidamente se dieron cuenta de que no podía ser más difícil.
Aunque no había ningún secreto, según Cobb: “Lo
primero es que tienen que amarlo y quedarse con él”, confesó.
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