No resultó el campeón un conjunto extraordinario porque tras 97 días sin jugar no podía estar en ese punto necesario de cocción. Pero sí se vio a un Barcelona entusiasta y eficaz. El partido se descorchó con premio gracias a dos futbolistas dinámicos. El primero, De Jong, que rebañó un balón ante el mejor mallorquinista, Take Kubo. El segundo, Vidal, que irrumpió en el área como un tren y cabeceó a la red el buen centro de Jordi Alba.
Celebraba Quique Setién en la banda y el líder presentaba sus credenciales en esta recta final con la que ha de terminar la Liga del coronavirus. El técnico blaugrana había dejado en el banquillo a Suárez, que reapareció en la segunda mitad, y también al renqueante Umtiti. Ausente por sanción Lenglet la oportunidad recayó en el joven uruguayo Araújo, que se estrenaba como titular en el campeonato. Cumplió y hasta remató al poste.
Mientras, en la sala de máquinas Setién se decantó por Busquets como ancla y De Jong y Vidal como interiores con libertad. Ambos, con sus diferentes características, interpretaron con tino su papel. El de presionar tras pérdida y el de moverse según requiriese la jugada. Más combinativo el holandés, más vertical el chileno. Pero ambos útiles. Como Alba por la izquierda y Sergi Roberto por la derecha.
Todo ello bien aderezado por un Messi fresco y comandante de las operaciones ofensivas. Dos intentonas del argentino que terminaron en córner y otra de Braithwaite estuvieron cerca de suponer el segundo gol y reflejaban la superioridad blaugrana. El equipo de Setién monopolizaba la posesión y lo hacía con mordiente. Solo desafinaba un Griezmann igual de parsimonioso que antes del confinamiento. Normal que fuera relevado por Suárez.
Delante el Mallorca trataba de superar el mazazo inicial. De su sonambulismo le sacó Kubo. Hasta tres remates conectó. Uno de ellos, que desbarató Ter Stegen con una gran mano, llevaba marchamo de gol. El Barça se había deshilachado un pelo porque le costaba el tránsito hacia atrás pero se rehizo y materializó el 0-2 antes del descanso.
Lo logró con otra jugada por la izquierda. Un centro de Alba interrumpido por un defensa fue prolongado con la cabeza por De Jong y por Messi. El balón cayó a los pies de Braithwaite, que marcó por primera vez como blaugrana con un remate perfecto a bote pronto. Metió uno y se quedó a centímetros de repetir en la reanudación.
El Barça ya tenía buena parte del trabajo hecho. Contaba con margen para pensar bien los cambios y para dosificar hombres. Setién sustituyó a Vidal por Rakitic al descanso porque tenía una tarjeta y no tardó en meter a Suárez. Después también participaron Semedo, Arthur y Junior Firpo. El Mallorca trataba de reengancharse con la entrada de Lago Junior y Fran Gámez, aunque quien gozó de la mejor ocasión fue Budimir. El conjunto balear apretó forzando un puñado de córners ante un Barça que se regulaba. Circunstancia que no le impidió acabar de sentenciar en una contra fulgurante en la que Messi dejó a Alba solo. El finiquito lo puso con el cuarto el propio genio rosarino.
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