LAS DOS MANERAS DE DECIR ADIÓS DE CRISTIANO RONALDO Y LIONEL MESSI

MADRID (8 Diciembre 2020).- Quizá no haya nada más difícil que decir adiós. Sobre todo cuando tu vida depende, no sólo de tu actividad laboral, sino de la exposición pública. De quienes debaten sobre si eres o no el mejor de la historia, sobre estadísticas y mapas de calor, sobre trofeos ganados y por ganar, sobre tu sonrisa, pero también sobre tu silencio o tus aspavientos. 

También sobre si pagas los impuestos donde debes y cómo debes. Nada queda oculto. Lionel Messi y Cristiano Ronaldo convirtieron un simple enfrentamiento futbolístico en un espectáculo global del que la industria pudo aprovecharse durante toda una década. Pero el deporte de alta competición, implacable incluso con quienes parecen eternos, comienza a mirar a ambos desde arriba. 

Messi tiene 33 años y en el club de su vida, el Barcelona, hay quien se arrepiente de no haber permitido su huida el pasado verano. Puestos a buscar culpables, nada atrapa más que un ángel caído. Cristiano tiene 35 años. Él sí logró escapar a tiempo del Real Madrid cuando dejó de sentirlo suyo -el club rechazó interceder en sus asuntos con Hacienda-.Florentino, al contrario queBartomeu, sí abrió la puerta a cambio de 100 millones. Continúa ganandoScudettiy marcando goles en Italia, allí donde Ibrahimovic (39 años) es el máximo anotador porque tampoco supo cómo despedirse de esto (lo intentó en el cementerio de elefantes de Estados Unidos). Pero los récords personales aún motivan al portugués. 

Messi y Cristiano se perdieron de vista el 6 de mayo de 2018, cuando el Barcelona y el Real Madrid empataron a dos en el Camp Nou anotando el argentino y el portugués un gol cada uno. La Liga fue para los azulgrana. La Champions, para los blancos. Desde entonces, Messi no ha vuelto a marcar en un clásico. Y tras la advertencia del derrumbe de Roma, vivió Anfield. También Lisboa. Desde entonces, Cristiano no ha pasado de los cuartos de final de la Liga de Campeones. La temporada pasada fue incluso eliminado por el Olympique de Lyon en octavos. El reencuentro se producirá esta noche en el mismo escenario donde lo dejaron. El motivo, un Barcelona-Juventus en el que los dos equipos están ya clasificados para la siguiente ronda de la Champions, y en el que los de Koeman, con tres puntos de ventaja sobre losnerazzurri, intentarán defender el 0-2 de la primera vuelta para zanjar la liguilla como primeros de grupo. Pero si por algo trascenderá la noche será por la nostalgia de un tiempo que ya no volverá.Nueve temporadas en plenitud.

El análisis de las nueve temporadas (desde la 2009/10 a la 2017/18) en las que Messi y Cristiano enfrentaron su grandeza y también su ego -implosión el argentino; explosión el portugués- habla de una era quizá irrepetible. Ambos alcanzaron su plenitud teniéndose cerca, retroalimentándose de las hazañas de su rival para atravesar cuantas fronteras hicieran falta. La media de goles por partido de Messi en esas nueve campañas de duelos en España fue de 0,99 (472 tantos en 476 encuentros). 

La de Cristiano fue incluso más allá y se fue hasta los 1,02 goles por partido (450 tantos en 438 encuentros). El rosarino ejercía de futbolista total. El portugués, de rematador sin igual. De la barbaridad de lo visto aquellos días quedan los números. En la temporada 2011-12, sólo por poner un ejemplo, entre Messi (73)y Cristiano (60) marcaron 133 goles. El impacto de la separación, eso sí, ha afectado de manera muy diferente a uno y otro. El traslado a Turín redujo la media goleadora de Cristiano en su primera temporada (28 goles en 43 partidos, con una media de 0,65). Pero ni mucho menos fue aquello un avance de la definitiva decrepitud, tan solo un síntoma de que el portugués, dado al sobreentrenamiento, aún debía adaptarse a una nueva realidad. Se requería un menor esfuerzo colectivo y una mayor incidencia en el área. En el curso 2019-20 Cristiano ya se fue hasta los 0,80 goles por partido. Aunque nada como este arranque de campaña, en el que el el delantero de la Juventus ya ha cazado 10 goles en nueve encuentros (1,11). Messi, en cambio, insinuó en su primera temporada alejado de Cristiano que no necesitaba de némesis alguna para mantener su ritmo. 

De hecho marcó 51 goles en 50 partidos en la 2018-19. A partir de ahí, sin embargo, las cifras goleadoras comenzaron a desplomarse. De los 1,02 goles por partido pasó a los 0,70 de la campaña 2019-20 (31 tantos en 44 duelos), hasta los 0,53 que acredita ahora (siete goles en 13 encuentros). El pasado curso, Messi sólo pudo marcar tres goles en toda la Champions. En la presente competición, al menos, ya ha igualado esa cifra pese a haber descansado en los dos últimos duelos frente al Dinamo de Kiev y el Ferencvaros. Dirá la historia que Messi y Cristiano ganaron 11 Balones de Oro entre los dos (seis el argentino, cinco el portugués), que acumularon nueve Botas de Oro (cinco el argentino, cuatro el portugués) y que conquistaron nueve veces Europa con sus clubes (cuatro Champions el argentino, cinco el portugués). 

También que cuesta la vida despedirse en la atalaya. Y en el lugar adecuado. Messi está donde no quiere. Cristiano, donde él cree que le quieren.



Por FRANCISCO CABEZAS/El Mundo

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